Madre Patria, el alegato por la obra de España en América que alaba Alfonso Guerra e irrita a López Obrador
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), empeñado en desnaturalizar la historia de México impulsando la Leyenda Negra, le hizo un gran favor al último de los grandes libros que la combaten, Madre Patria (Espasa), de Marcelo Gullo, al referirse a él en un discurso.
El 13 de agosto, durante la inauguración de una maqueta monumental del Templo Mayor de Tenochtitlán, habló del “fracaso” de Hernán Cortés y citó indirectamente, sin nombrarlo, algunas declaraciones de Gullo en las que explicaba que el conquistador fue también libertador y «aglutinó a 110 naciones mexicanas que vivían oprimidas por la tiranía antropófaga de los aztecas y que lucharon con él».
«Pedir perdón por liberar a los mexicanos de los aztecas es como pedir perdón por haber derrotado a los nazis», sustanció Gullo en otra de las frases citadas por el presidente mexicano.
‘Madre Patria’ de Marcelo Gullo, ofrece innumerables datos sobre la ingente labor de España en América que, según el autor, debe servir de fundamento a la unidad profunda entre todas las naciones con ese origen común.
Y ese mensaje de Madre Patria está calando y lo hará más tras el inesperado empujón de AMLO. Es un libro que viaja hacia «el momento del descubrimiento, la conquista y el poblamiento de América» y lo hace para analizar las luchas en las cuales «las potencias que se enfrentaban a España utilizaron la deformación de la historia como método de denigración de España y de los españoles, creando una visión nefasta de la actuación española y difundiendo lo que se conoce como la leyenda negra«. Lo dice en el prólogo Alfonso Guerra, de 81 años, vicepresidente del Gobierno entre diciembre de 1982 y enero de 1991 bajo el mandato de Felipe González.
Guerra, Vasconcelos y muchos más
Que una obra de estas características sea elogiosamente presentada por una figura histórica del socialismo español sorprende solo parcialmente: «Proporciona una inmensa cantidad de interesantes datos» y «es un gran alegato frente a la difamación histórica contra España, la leyenda negra, y un grito de hermandad de todos los pueblos hispanoamericanos», dice Guerra. Como él mismo apunta, esa verdad histórica que la cultura woke y de la cancelación quiere hoy destruir, con la colaboración de AMLO, la han defendido «especialistas y protagonistas de toda clase y condición, desde el marxismo al peronismo, sin olvidar a los liberales«.
El propio prócer mexicano José Vasconelos, autor de La raza cósmica, proclamó, justo en sentido contrario a López Obrador, que «México no será grande nación mientras no tenga de fiesta patria el aniversario de la quema de las naves en Veracruz«, el célebre episodio con el que Cortés mostró a sus soldados que no había marcha trás.
Guerra recuerda que, por motivos de conciencia, Carlos I, caso único en la historia de la humanidad (nada similar planteó jamás ningún otro pueblo conquistador), convocó a los estudiosos y filósofos más importantes de su tiempo para cuestionar y asegurar la legitimidad de la presencia española en América, que habría estado dispuesto a retirar de no haberse demostrado su fundamentación.
Gracias a ello (recuerda el diputado español más duradero: entre 1977 y 2015) nacieron en España el Derecho Internacional y la teoría de los derechos humanos, «sobre todo a partir de que el imperialismo inglés convirtiera la riqueza y el poder en la medida de todas las cosas sin ningún principio moral que pueda frenar ambas ambiciones».
Propaganda al servicio de una estrategia
Que es donde está el origen de todo: Inglaterra. Es una de las ideas centrales de Madre Patria: «España nunca consideró que América fuera un botín«, defiende y demuestra Gullo, y por eso «construyó un imperio», mientras que Inglaterra costruyó «un imperialismo».
Como prueba, el exhaustivo relato que hace de los establecimientos educativos y hospitalarios que impulsaron desde el principio los misioneros y los primeros obispos, o el propio mestizaje, «instaurado por los Reyes Católicos como política de Estado» y «plan estratégico para lograr la cristianización de las nuevas tierras«.
Marcelo Gullo Omodeo, argentino, es doctor en Ciencias Políticas y magister en Relaciones Internacionales. Formado en Buenos Aires, Ginebra y Madrid, es profesor de la Escuela de Guerra y en las universidades de Lanús (Argentina) y Fluminense (Brasil). Ha escrito varios libros sobre historia y estrategia de las relaciones entre las naciones, y Madre Patria (Espasa) lleva camino de convertirse en su gran bestseller.
Se propone demostrar que «la leyenda negra de la conquista española de América constituyó el principal ingrediente del imperialismo cultural anglosajón para derrotar a España y dominar Hispanoamérica».
No solo durante los siglos XVI y XVII para justificar la piratería británica, ni durante el siglo XVIII para intentar el asalto que frenó Blas de Lezo en Cartagena de Indias en 1741, ni durante el siglo XIX para alimentar las independencias y situar a los nuevos países bajo el poder de sus logias, sino hasta hoy mismo. Ha logrado «la subordinación cultural pasiva de España, que dura hasta nuestros días»: es «la obra más genial del marketing político británico», demuestra Gullo.
El indigenismo, al servicio del imperialismo del dinero
Consciente del papel que juegan la historia o su manipulación en la política concreta, Gullo denuncia que «el fundamentalismo indigenista, que tiene su raíz en la leyenda negra y se expande como un huracán que lo destruye todo a su paso, amenaza con provocar una nueva fragmentación territorial». La propagación de la leyenda negra y del indigenismo ha sido en las últimas décadas «parte sustancial de la política exterior de Gran Bretaña, de Estados Unidos y de la Unión Soviética», y quienes desfilan cada 12 de octubre contra Cristóbal Colón son «la mano de obra más barata del imperialismo internacional del dinero, que utiliza el fomento del indigenismo para realizar una nueva balcanización de Hispanoamérica».
Pero Gullo también apunta con dedo crítico a España. La subordinación cultural que antes lamentaba «la lleva a no reconocer a sus hijos» y a preferir en su suelo a los «rubios teutones» o, en Cataluña, «a los descendientes del antiguo invasor musulmán», en alusión al fomento de la inmigración musulmana que lleva a cabo la Generalitat. Ante la catastrófica demografía española, «solo una inmigración masiva de hispanoamericanos podrá salvaguardar a España, que ya tiene una pirámide funeraria de un trágico final anunciado, y hacer entonces que España siga siendo España».
Todo ello exige una «profunda reconciliación entre los españoles americanos y los españoles europeos, una reconciliación para la cual hay que terminar con el mito de la leyenda negra». De eso va Madre Patria y a eso quiere contribuir, con un estilo desenvuelto, sin miramientos con el enemigo ideológico y que entremezcla los datos históricos con reflexiones geoestratégicas de actualidad y proyecciones de futuro.
Y que remata con un tango de Carlos Gardel, La Gloria del Águila, dedicado a los heroicos aviadores del Plus Ultra, que realizaron en 1926 el primer vuelo transoceánico. Un tango en el que vibraba «el profundo amor que el pueblo argentino sentía por España antes de que el veneno negrolegendario terminara de envenenar la menta y el alma de los más jóvenes en Argentina y en toda Hispanoamérica».
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