En Argentina hace 17 años, ya se hablaba de un Bergoglio peronista
Uno de los papables era el supuesto candidato K, Jorge Mario Bergoglio Siboli, arzobispo de Buenos Aires.
Lo de Bergoglio candidato K no es un antojo de quien escribe estas líneas, sino que lo dijo una revista estilo “La Sopapa” de Norte que circulaba en aquellos días, dedicada a hablar en clave de humor de las cosas serias que le pasaban a la Argentina.
Tal revista se llamaba Barcelona (Una solución europea para los problemas de los argentinos), y venía como suplemento de la revista TXT, dirigida por el recordado Adolfo Castello.
En la edición del 19 de septiembre de 2003 dicha revista publicó (aunque erraron con la foto, poniendo el de Christian Von Wernich en lugar de quien debía ser), este texto:
“Jorge Bergoglio: es el gran candidato, el que llega con la fuerza del huracán K. Algunos señalan que el Presidente habría cerrado el trato con el FMI sólo después de que le aseguraron que Bergoglio tendría el camino libre hacia Roma. En el resto del mundo temen que el obispo argentino sea electo por el poder del aparato eclesial y los curas punteros”.
Pero en el mes de abril de 2005 el elegido fue un alemán con cara de pocos amigos llamado Joseph Aloisius Ratzinger, luego más conocido como Benedicto XVI, firme defensor de dogmas incómodos para muchos, tales como la existencia de un purgatorio y de un infierno de fuego.
“¿Perón de los Papas?”
Sin embargo, como parece ser que los buenos oráculos están para ser cumplidos, el del Barcelona se cumplió el 17 de marzo de 2013: el obispo peronista llegó al papado.
Al otro día de tan sorprendente elección pontificia, se publicó en el diario Crónica un artículo firmado por la periodista Alicia Barrios, titulado “El Perón de los Papas”.
En su nota, esa enviada especial al Vaticano escribió: “Su admiración por Perón, que jamás ocultó, lo llevó a estudiarlo. Fue el mejor alumno del General, quien desde algún lugar del cielo lo debe estar monitoreando, orgulloso de éste hijo pródigo”.
No hay certeza de que desde el cielo Perón ande monitoreando las actividades de Bergoglio (pudiera ser desde un sitio mucho más caliente).
Pero sí está a la vista que el papa argentino trata a la Madre de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, como una hermana, y a Juan Grabois como el hijo que nunca tuvo ni tendrá (al menos eso dice la teoría, porque en Argentina le adjudican una polémica paternidad).
A tal punto que sus expresiones y amistades, hacen dudar de la ortodoxia (y legitimidad) de su papado y lo ponen a la cabeza de los gobernantes populistas que pululan por el mundo y que ponen a la iglesia católica si no al borde de un cisma, al menos a punto del colapso.
Seguimos pendientes…
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