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Consumatum Est: Dulce Sauri da al PRI la presidencia de la cámara de diputados y Noroña enloquece

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Al fin el presidente dio línea y pudo cuadrar a los suyos y sucedió lo que se esperaba: la ex gobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri, quedó como presidenta de la cámara de diputados, honrando el acuerdo de darla a la tercera fuerza política del país (al momento de convenir este arreglo).

Atrás quedaron con esto, las incorporaciones partidistas de última hora, como las que procuraron Fernández Noroña y el propio Rene Juárez Cisneros a sus bancadas, en el ánimo de mantener la mayoría.

Pero el compromiso presidencial se impuso. López Obrador amarró a sus elementos radicales y aunque Fernández Noroña hizo un entripado y un berrinche de antología que lo llevaron a creerse en el corazón de todos los mexicanos, la cultura de la línea volvió a prevalecer en nuestro país, al mejor estilo de los años setenta del siglo pasado. Así que si usted creyó ya haber visto esta película, está en lo cierto.

A consumar las cosas contribuyeron en alto grado, el pasado y simpatías izquierdistas de Dulce María, que la llevaron a prisión e incluso tener un hijo privada de su libertad y las relaciones de amistad con gran número de ex priistas con cargos de relevancia hoy en MORENA. No olvidemos que el PRD fue el antecedente directo del partido granate y más de una vez Dulce coqueteó con la posibilidad de cambiar de chaqueta, alentada por varios personajes que actualmente forman en las filas morenistas, cosa que a final de cuentas no sucedió, al menos en lo formal.

Porque si algo podemos destacar es que el priismo de Dulce, no es químicamente puro, ya que en varias ocasiones se ha hablado de sus coqueteos y su probable defección, en beneficio de otras fuerzas políticas, principalmente orientadas a la izquierda; y cuyo desempeño partidista, ha estado muy lejos de ser una maravilla, pues no ha entregado los mejores resultados que se diga.

Olvidemos el pasado ominoso en la guerrilla y la estancia en la cárcel de la licenciada Sauri. Olvidemos también a su consorte, poseedor de iguales o peores antecedentes, agravados por su carácter de operador político a conveniencia de sus camaleónicos intereses.

Fijémonos en lo que Dulce María Sauri como priista representa: Nada. Su figura creció, si es que ello fuera posible, en la medida que Víctor Cervera Pacheco, quiso permitirlo. Se dice que el difunto gobernador tuvo razones distintas a las políticas para ello. En semejante orden de ideas, Dulce nunca fue una figura auténtica. Careció siempre de grupo político propio, salvo un pequeño séquito de cortesanos cercano a ella, encabezado por Guadalupe Huchim Koyoc. Empero, nada de relevancia, ni que sobrepasara los cuatro o cinco gatos.

Tengamos presente que durante su desempeño como gobernadora interina, destacó su faceta como represora del pueblo, pues mandó a un grupo de golpeadores, encabezando a su policía, a agredir campesinos que protestaban por los malos manejos imperantes en el campo, específicamente en lo concerniente a la cuestión henequenera.

De igual modo, no olvidemos que durante su gestión se habló de pingües negocios en los que se beneficiaron ella y sus allegados, con terrenos y la venta de maquinaria de lo que fuera CORDEMEX, situaciones que nunca se aclararon a cabalidad.

No pasemos por alto la manera en la que Dulce Maria Sauri terminó su gestión, por una rabieta, fruto de su ego, alentado por el propietario de un rotativo que hoy agoniza, saliendo por la puerta de atrás y dejando el estado al garete, abandonado a la buena de Dios.

Recordemos que como presidenta nacional del tricolor, su desempeño no se caracterizó por brillante. Tan es así, que fue a ella a quien le tocó la humillación de tener que entregar el poder por primera vez a un partido de oposición, encabezado por Vicente Fox. A partir de ello, se incrementaron las hablillas de su baja de las filas tricolores, cosa que a final de cuentas no sucedió por diferentes razones.

Tampoco olvidemos que en mérito de querer difuminar su mala imagen como política y merced a los conflictos y disputas partidistas, principalmente con Ivonne Ortega, de manera más o menos sutil, tanto Dulce como su consorte, fueron utilizados de manera corriente por un rotativo local ya en franca decadencia, para denostar al priismo.

Tampoco podemos pasar por alto, que debido a los nexos y vínculos de su hijo con sórdidos negocios de Roberto Borge, Dulce María recurrió a los buenos oficios del gobernador Mauricio Vila, para solicitar a su homólogo quintanarroense, Carlos Joaquín, no proceder judicialmente contra su vástago, porque había motivos de sobra para ello.

De tal suerte, la llegada de Dulce a la presidencia de la cámara de diputados, no constituye un triunfo, ni una muestra de fuerza política del PRI, sino antes bien debemos inferir lo contrario; y deducir que en mérito de su extrema debilidad, el otrora invencible, encabezado por su dirigente nacional, se vio en la obligación de negociar con el presidente y si Dulce accedió a la titularidad de la cámara, lo fue gracias a la voluntad presidencial, ansiosa de evitarse problemas políticos, maniobrando hábilmente para impedir la suma de sus contrarios.

Para colmo y como para poner la cereza en este coctel de lindezas, Dulce se dejó ver y retratar en compañía de otra figura impresentable a los ojos de los amantes de la buena política; un personaje deleznable por su oportunismo, su exagerada hambre de notoriedad y protagonismo y por el grado de su insaciable codicia y ambiciones sin límites: la diputada federal panista, Cecilia Patrón Laviada, legisladora por milagro y favorita de Mauricio Vila, que busca imponerla a toda costa como candidata del blanquiazul a la alcaldía de nuestra ciudad. No cabe duda que con tal de tener la atención de los reflectores, Cecilia Patrón es capaz de cualquier indignidad y vileza. Cabe preguntarse que pudiera estar maquinando esta dupla, de la que nada bueno se puede esperar.

Victoria pírrica para el PRI, que se traduce en una derrota moral para las filas tricolores, toda vez que significa punto para el presidente. Otros triunfos de éstos y el PRI seguro quedará reducido a desempeñar el desairado papel de comparsa, que antaño tocaba interpretar al verde.

Seguimos pendientes…

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