Silvia López Escoffie sorprendida pidiendo clandestino. ¿Será sancionada?

Además de legislar para pedir se legalicen situaciones ajenas por completo a los principios éticos de la abrumadora mayoría de los yucatecos, además de sus vínculos con gente impresentable, dedicada al fraude como Ángel Puch Montalvo, la flamante coordinadora parlamentaria de Movimiento Ciudadano, Silvia América López Escoffié, continuaba pregonando a voz en cuello una serie de valores y principios que claramente no posee, como por ejemplo, la integridad, la honradez y el respeto a la normatividad vigente.

Lo anterior quedó ayer plenamente evidenciado cuando fue captada en plena sesión del congreso del estado, en el acto de la compra clandestina de cerveza, situación que viola flagrantemente la ley seca en vigor y por la cual, debiera hacerse acreedora a las sanciones correspondientes, amén de que si tuviera un mínimo de dignidad y decoro, debería ofrecer disculpas a la sociedad y renunciar a su cargo, ya que es evidente que no tiene estatura moral para ocuparlo, pues no puede dedicarse a hacer valer la ley y el estado de derecho, quien de manera evidente, se esmera en violentarlo y transgredirlo.

Lo correcto es que Silvia América López Escoffié sea sancionada. Cualquier otro ciudadano que no ocupara una curul en el poder legislativo lo sería. Probablemente hasta sería encarcelado. Esto no va a ocurrir con la legisladora merced a su cargo y a su calidad de personera del ejecutivo estatal, pero por lo menos debería ameritar una llamada de atención en público, con el respectivo extrañamiento por escrito, para que conste de manera oficial y con el apercibimiento de rigor, para exigirle cumpla la ley, como es su obligación, que para eso le pagamos y no para estar comprando cerveza de manera clandestina y mucho menos en horas de trabajo.

Si Felipe «cocoliso» Cervera tuviera pantalones y aplicara la ley como Dios manda, mínimo debería hacer llegar a la legisladora el extrañamiento de rigor y al menos descontarle el día, porque los yucatecos no tenemos porque pagar con nuestros impuestos, el costo de la plancha de cervezas que le habrán llevado a su casa de manera ilegal y que indebida e ilegalmente la diputada se beberá; y que por ser trasladado a su domicilio, no permite que sea encarcelada y sancionada en flagrancia, como es debido y no hace posible la detención que de manera fulminante debía ser objeto por su violación a la ley.

Resulta ilusorio pensar que la coordinadora de Movimiento Ciudadano se desligará de su cargo, pues carece de la vergüenza y pundonor que para el caso se requieren. Ella aplicará la máxima prescrita por César Garizurieta: la indignidad, antes que la renuncia.

No podemos dejar de observar que a la promotora de las uniones entre los partidarios del amor que no se atreve a decir su nombre, la cacharon en la maroma, en mérito de la necedad de Felipe «Cocoliso» Cervera, que sistemáticamente se niega a sesionar en línea, poniendo en riesgo no sólo la salud y las vidas de los trabajadores al servicio del poder legislativo, sino también de este modo, pone en entredicho la buena fama e integridad moral de los integrantes de la presente legislatura, que con el botón de muestra que ha dado la diputada de marras, sabemos no es de lo mejor.

También quizá habría que conjeturar un poco si el incidente no fue ya no digamos a propósito, sino sin querer, queriendo, como dijera el filósofo de la vecindad, pues no pudiera descartarse una vendetta de Cocoliso por los malos ratos que la legisladora le ha hecho pasar en compañía de otras bancadas. No olvidemos que Felipe ha tenido mucho de donde aprender.

Si Mauricio Vila y Felipe Cervera pretenden que la ley se cumpla, la legalidad impere y se demuestre que el estado de derecho en Yucatán no es una fábula, Silvia López Escoffié debe ser sancionada por su conducta ilegal, indigna de una representante popular. La pelota está en su cancha, esperamos ver lo que procede: si la ley se aplica o si simplemente hacen como que no pasó nada y la impunidad prevalece.

Seguimos pendientes…