Poder Financiero Internacional: Dueño del dinero y de las Vacunas “que van a salvar a la humanidad”
Los dueños de las finanzas internacionales son también los dueños de los laboratorios que van a fabricar las vacunas “contra” el Covid-19. Con la pandemia confinaron y encarcelaron a los pueblos, derrumbaron la economía productiva y salvaron el sistema financiero especulativo a punto de estallar. Con las vacunas van a controlar y dirigir el reordenamiento.
En un artículo anterior dimos a conocer el vínculo societario profundo entre la farmacéutica británica AstraZeneca (asociada con la Universidad de Oxford) y algunos fondos de inversión internacionales angloamericanos que son los dueños de las finanzas de las finanzas especulativas que dominan el mundo e imperan sobre él. En relación con Argentina, algunos de esos fondos son los dueños mayoritarios de los títulos y bonos externos que condicionan financieramente al país: entre otros, BlackRock, Vanguard Group, Capital Research and Management, Wellington Management, Norges Bank Investment Management, Fidelity Management and Research, etc.
Pero en realidad la mayoría de estos grupos financieros son también los dueños principales de las otras dos grandes competidoras en la fabricación de la vacuna anti-Covid19, que son el laboratorio Pfizer Inc. y la compañía Moderna Inc, ambos estadounidenses.
Pfizer, Inc. Es el laboratorio líder a nivel mundial en el sector farmacéutico, con su sede central en ciudad de Nueva York. Su composición accionaria está conformada, entre otros, por los siguientes fondos: Vanguard Group, SSgA Funds Management Inc., BlackRock, Wellington Management, Capital Research and Management, Fidelity Management and Research, etc., tal como se puede visualizar en https://money.cnn.com/quote/shareholders/shareholders.html?symb=PFE&subView=institutional.
Moderna, Inc. Es una compañía estadounidense de biotecnología, dedicada al descubrimiento-desarrollo de fármacos y a la tecnología de vacunas basadas exclusivamente en la inserción de mensaje RNA sintético en células vivas para desarrollar respuestas inmunes, más que insertar mensajes creados externamente e inyectados con medicinas convencionales. Los principales accionistas de esta empresa son: Fidelity Management and Research, Vanguard Group, BlackRock, Morgan Stanley Investment Management, etc., tal como se muestra en https://www.marketscreener.com/MODERNA-INC-47437573/company/
De estas tres empresas farmacéuticas, la británica AstraZeneca presenta un aspecto importante desde el punto de vista ético: la “materia prima” sobre la que se ha desarrollado la vacuna fabricada por ella es la línea HEK-293, conformada con restos fetales abortados, tal como lo ha puesto de manifiesto la médica y periodista Meredith Wadman, en un artículo publicado en la revista Science (Vol. 368, Issue 6496, pp. 1170-1171), titulado “Vaccines that use human fetal cells draw fire”.
Esta información comenzó a trascender cuando el cardenal español y arzobispo de Valencia (España), Antonio Canizares, la hizo pública en un sermón predicado el domingo 14 de junio en la catedral valenciana.
El 17 de enero de este año la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó que “en el curso de este año el mundo iba a experimentar una catástrofe financiera”. Pero la aparición ¿casual? del Covid-19 a comienzos de año y su expansión planetaria a partir del mes de febrero provocó el derrumbe de la economía productiva, mientras que -gracias a lo anterior- la especulación financiera se mantuvo en pie, obteniendo en el camino fabulosas ganancias.
Paralelo a todo esto, la solución propuesta por Bill Gates en el 2015 y reiterada por Henry Kissinger en un artículo periodístico publicado el 4 de abril por The Wall Street Journal -la instauración de un sistema sanitario a nivel mundial para afrontar “epidemias a la vista”… de Bill Gates hace 5 años- se lleva a cabo con la “necesidad” de fabricar y aplicar sí o sí una vacuna antivirósica para toda la población mundial. Vacuna que rápida y “milagrosamente” logran materializar tres laboratorios que son propiedad de las más grandes compañías financieras dueñas del Poder mundial.
Se hace cada vez más difícil creer en el origen y la aparición casual del ya famoso virus chino-comunista. “Las conspiraciones no existen”… pero que las hay, las hay. El Covid-19 es prueba viviente de ello.