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Inoportuno reparto de libros en plena pandemia, pone en riesgo maestros y padres de familia

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Algunos funcionarios del gobierno del estado parecen inmersos en un afán insensato de autodestrucción. Tal parece que en vez de tratar de ayudar al gobierno que encabeza Mauricio Vila, pretenden exactamente lo contrario: conseguir que el pueblo yucateco lo deteste y sepultar electoralmente cualquier posibilidad de alcanzar el siguiente nivel gubernamental.

El día de ayer, de manera inexplicable, ante las indicaciones puntualmente establecidas por Esteban Moctezuma Barragán, secretario de educación del gobierno federal, que fue muy claro al indicar que sólo se regresaría a clases de manera presencial cuando cada estado tuviera el semáforo epidemiológico en verde, Carlota Storey Montalvo, directora de Educación Básica y el verdadero poder en la SEGEY, convocó a directores, maestros y personal administrativo y manual a apersonarse a las escuelas para reparto de libros de texto.

Lo anterior, sólo comprueba que la titular de la dependencia, Loreto Villanueva Trujillo, es un verdadero cero a la izquierda, que sólo sirve para dar la cara y recibir los trancazo y que Carlota Storey no tiene ni la más remota idea de como funcionan estas cosas, toda vez que los libros de texto para educación media básica no son únicos (para primaria si), sino que cada maestro dispone de un abanico de opciones del cual elegir, que por lo mismo de existir variedad, nunca llegan a tiempo y por último y lo más importante, que los planteles educativos basan sus ingresos de lo que obtienen vía las cooperativas escolares y que al haberse suspendido de manera intempestiva las labores docentes, obviamente hace mucho que carecen de ingresos y por tanto, las escuelas carecen de recursos para adquirir gel, cubrebocas, caretas, jabón y demás implementos de limpieza y seguridad, que las autoridades educativas tendrían necesariamente que entregar a los planteles, para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores al servicio de la dependencia y también de los padres de familia.

Hasta ahora, ni el gobierno del estado, ni las autoridades de la SEGEY han hecho del conocimiento del personal que estaría involucrado en la entrega de los libros de texto, que cuenta con el material preventivo destinado a garantizar la seguridad y la salud tanto de los trabajadores de la dependencia, como de los padres de familia, lo que pone de manifiesto la extrema insensibilidad de la administración estatal en turno, que ignora que en estas épocas de pandemia, la salud es primero. Esta situación ha generado malestar y protestas, tanto de los trabajadores de la educación, como de organizaciones que los agrupan.

Por ejemplo, la sección 33 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que encabeza Ricardo Espinosa Magaña, denunció la falta de sensibilidad plasmada en la disposición y solicitó al gobernador anularla.

Loreto Villanueva Trujillo, una perfecta incompetente como secretaria de educación y

El Movimiento Magisterial Valladolid, representando al magisterio de esa zona de nuestra entidad, exigió a las autoridades condiciones de seguridad y el cumplimiento de los acuerdos planteados por el gobierno federal.

En contraste, la sección 57 del SNTE, encabezada por otro huach, Jesús Rochin Carrillo, mansamente se plegó a los dicterios de la verdadera mandamás de la secretaría.

La situación es muy simple:

1.- los planteles educativos de nuestra entidad no cuentan con las condiciones adecuadas para garantizar la salud y la seguridad de trabajadores al servicio de la educación y de los padres de familia. Es obligatorio que el gobierno del estado y por consiguiente la SEGEY provean lo necesario.

2.- La SEGEY no ha clarificado aún la manera en que se hará saber a los padres de familia el mecanismo de entrega de los útiles; si se establecerán días y horarios específicos, si será por grado, por orden alfabético, si notificarán a través de redes sociales, llamadas, cartas, telegramas o la manera en que se realizará y si se cuenta con los medios y recursos específicos, o si todo lo anterior, se quedará indebidamente a cargo de los docentes o empleados de la dependencia.

3.- Es evidente que la mente genial que ideó tan absurda disposición, en su vida ha sido parte de una entrega de libros, que implica necesariamente grandes concentraciones de gente, situación totalmente desaconsejable e imprudente en las circunstancias actuales, que dadas las condiciones actuales de los padres de familia, se hacen completamente inevitables.

4.- El gobierno del estado y su titular están obligados a diseñar minuciosamente esquemas seguros de logística para proceder a la actividad, si es que planean realizarla y notificar a las agrupaciones de trabajadores con oportunidad, los mecanismos conducentes, respetando en todo momento, los derechos de los empleados del sector educativo.

5.- Mauricio Vila debería destituir a Loreto Villanueva Trujillo, que ha demostrado que el cargo de secretaria de educación le queda enorme y es absolutamente incapaz para su adecuado desempeño. Loreto nada ayuda y mucho estorba, lo mismo que el resto de sus colaboradores.

La administración estatal en turno debe echarle a sus disposiciones, mucho más corazón, pero sobre todo cerebro, recordando que no todos los trabajadores ganan como sus titulares, tienen sus prestaciones o gozan de las mismas condiciones de trabajo. De no hacerlo, el barco se va a hundir más rápido de lo que ya a la fecha lo hace. Las elecciones están a la vuelta de la esquina, no lo olvidemos.

Seguimos pendientes…

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