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El Lío de los ventiladores: una verdadera estafa

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Recientemente el gobierno del estado anunció con bombo y platillo, que anticipándose a la contingencia y en previsión de lo que pudiera necesitarse, había adquirido 110 ventiladores artificiales (aparatos que se utilizan cuando falla la respiración).

Lo que la administración estatal en turno no aclaró es que los aparatos NO ERAN NUEVOS, sino que son remanufacturados, es decir DE MEDIO USO y que fueron aparatos que se sacaron de circulación, por mal funcionamiento.

Los aparatos pudieron repararse (como todo artefacto es susceptible de serlo), el problema radica en que esta circunstancia dolosamente se ocultó, al parecer para obtener una escandalosa ganancia en el costo, pues no es lo mismo pagar por algo nuevo, que por algo usado o reparado. De conformidad a lo que NEWSWEEK. plantea en el reportaje inicial, un ventilador reparado cuesta cosa de siete mil dólares, en tanto uno nuevo, oscila entre los 21 mil y los 38 mil dólares. Diferencia apreciable y que entraña, una ganancia no solo ilegal, sino moralmente inaceptable, al llevar aparejada la posibilidad de que no pudiendo cumplir su función, la falla se traduzca en pérdida de vidas humanas, corriendo la cuota de sangre a cargo de los sectores más vulnerables del pueblo yucateco. Cabe mencionar que el precio en que Salud cotizó cada aparato fue de $1’500,000 por cada uno de ellos. Muy lucrativo negocio, muy jugoso bistec, ¿verdad?

Nunca informó Mauricio Sauri, el radiólogo enquistado en la Secretaría de Salud, si los aparatos fueron reparados, nunca dijo quien lo hizo, nunca dijo si se cuenta con garantía del trabajo y el tiempo que esta abarca, tampoco dijo si al ser reparados se constató que los aparatos funcionaban a cabalidad. Es decir, omitió la información que sería obligado dar a conocer, para evitar malas interpretaciones y para tranquilidad de todos.

Más aún, el gobierno del estado ha creado un grupo en redes sociales con la intención de construir estos aparatos y conseguir las piezas que eventualmente hicieran falta para su reparación y mantenimiento. La realidad es que en la teoría todo suena genial, pero en la práctica se desconoce si este grupo está integrado por personas con los conocimientos necesarios desde el punto de vista técnico y médico para estos efectos. Suena más bien a un intento de aprovechar la buena fe de personas de buena voluntad, perdiendo de vista que el servicio público no se hace a base de buenas intenciones, sino de conocimientos y resultados.

Más aún, resulta preocupante enterarse por conducto de los propios integrantes del grupo, que los respiradores artificiales son escasos por obvias razones en estos tiempos de pandemia, que alcanzan precios estratosféricos y que no abundan en el mercado piezas para su mantenimiento. Todo esto arroja como resultado, legítimos motivos de preocupación y parafraseando a Shakespeare, razones para suponer que hay algo podrido en Dinamarca (en Yucatán más bien).

Pero además, el buen Mauricio encerrado a piedra y lodo, tampoco habló de que los respiradores los vendió, según nos comentan funcionarios de la Secretaría de Salud que solicitaron el anonimato, un allegado a las más altas esferas de la administración en turno, Rodrigo Zahoul, hermano de Juan Pablo, compañero de equipo de fútbol de uno de estos personajes y hermano de Beto, que aparentemente es muy priista, pero que en estos casos, la filiación política se olvida, porque bisnes are bisnes.

Pero las cosas no quedan ahí, el gobierno del estado anunció de igual modo, que apoyará a diversos sectores sociales, a través de la entrega de despensas, que por obvias razones, llevará a cabo Desarrollo Social, dependencia a cargo del inefable Roger Torres Peniche (Pilo para los cuates), mejor conocido como Papá Toro y que se adquirirán de acuerdo a nuestros informantes de la ya citada secretaría, a COMA y AKÍ (y como dicen los franceses cherchez le homme).

Resulta terrible, vergonzoso, indignante que se pretenda lucrar con la desgracia ajena y poner en peligro la vida de los yucatecos de las clases más desprotegidas. Hacemos responsable en primera instancia a Mauricio Sauri Vivas del crimen de lesa humanidad que pudiera resultar de la adquisición de aparatos de dudoso buen estado y funcionamiento. Hacemos responsable al gobierno del estado de esta nueva afrenta a Yucatán y a su gente.

Seguimos pendientes…

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