Mauricio Vila utiliza la emergencia sanitaria para tratar de promover su imagen

Desde el primer día de su gobierno, Mauricio Vila enfocó sus esfuerzos en promover su imagen a través de los diferentes medios de comunicación, en su afán de obtener la nominación por el Partido de Acción Nacional para la presidencia de la república.

A través de diversos medios de comunicación es posible constatar este aserto. El asunto radica en que Vila y su gobierno han tomado una serie de medidas que han lastimado profundamente a los yucatecos, merced a la cantidad de despidos realizados y a la represión desatada contra los legitimos reclamos populares, lanzando gas contra quienes se manifestaban.

A partir del desgaste generado con estos motivos en su imagen pública y ante la emergencia sanitaria prevaleciente provocada por la pandemia generada por el COVID-19, Mauricio Vila y su gobierno implementaron una serie de medidas tendientes a evitar la propagación del contagio, promoviendo el aislamiento social y la eliminación de actividades masivas.

Hacer esto es correcto. No criticamos las medidas de prevención, sino el protagonismo del ejecutivo estatal fotografiándose y dejándose ver en retenes y puestos sanitarios, toda vez que quien debía hacerse cargo de todo esto, es el titular de salud estatal.

Y es que con tal de levantar su desgastada imagen, Vila no ha vacilado en constituirse en algo semejante a un empleado de empresa de correos o mensajería, llevando cheques a domicilio a empleados pertenecientes a grupos de riesgo, como personas de la tercera edad o jubilados, papel que no le corresponde en lo particular, sino a otros personajes de su gabinete.

Censuramos el uso político y faccioso de la emergencia sanitaria, conste. No las medidas de prevención. El gobernador del estado debe ser consciente de ello y no poner en peligro a los integrantes de grupos de riesgo y su propia integridad, que es de interés primordial para el bienestar de las propias instituciones, de nuestra entidad y de los habitantes de nuestro estado en lo general.

No es debido, ni se vale lucrar con la emergencia o la desgracia de otros, para sacar provecho personal o de grupo. Tengámoslo presente. Pueblo y gobierno tenemos obligaciones y responsabilidades que es preciso asumir con madurez y no perder de vista.

Seguimos pendientes…