¿Por qué Burke está apoyando a los enemigos de la Iglesia?


Lunes 9 de junio de 2025
El cardenal Burke jugó un papel importante en la elección de León XIV (NT: o Francisco II. ¿No se da cuenta de que Prevost sigue la demolición ideológica de Bergoglio?). Pero con el anterior pontífice estuvo a punto de perder el sombrero. He aquí el porqué:
Todos los observadores coinciden en el papel del cardenal Raymond Leo Burke en el último Cónclave. Pero en los círculos sacerdotales, estos días, se cuenta más de una anécdota sobre cómo (y por qué) el cardenal estadounidense estuvo a punto de perder el sombrero con Francisco.
En la asamblea que eligió al papa León XIV —coinciden los vaticanistas—, Burke fue decisivo, convenciendo a los cardenales norteamericanos, en primer lugar a Timothy Dolan, y a otros conservadores como Robert Sarah y Gherard Ludwig Mueller, de votar por el ex prefecto de la Congregación para los Obispos. Prevost y Burke, además, tienen algo en común: son dos canonistas. Y, además, ambos son estadounidenses.
Durante el pontificado de Francisco, sin embargo, el cardenal tradicionalista lideró esencialmente lo que en la jerga se denominó «resistencia». Una oposición a las medidas liberales del papa Bergoglio culminó con la firma de la Dubia sobre Amoris Laetitia.
Burke, junto con el cardenal George Pell, lideró un pequeño grupo de cardenales muy atentos al destino de la doctrina tradicional. Entre los puntos planteados también se encontraba la defensa del Vetus Ordo. Otro asunto por el que, tras Traditionis Custodes, algunos cardenales se enfrentaron con el ex arzobispo de Buenos Aires.
En este clima, Burke fue gradualmente destituido por la Santa Sede. De la signatura apostólica a la Soberana Orden de Malta, el cardenal estadounidense fue destituido gradualmente de sus cargos. Así, incluso se llegó a afirmar en la prensa que el papa Francisco le había quitado su casa y su salario. Entonces llegó el momento clave. En los círculos de la Comunicación Vaticana, en medio de una gran fricción entre el grupo liderado por el cardenal estadounidense y el pontífice argentino, surgió la hipótesis de que Burke podría ser destituido.
El riesgo, en resumen, era el de ser «descardenalizados» (en italiano significa desquiciados: los cardenales son literalmente el eje de la Iglesia). Además, no faltaban precedentes históricos.
Fue en este punto de la historia que se colocaron en Roma varios carteles críticos con Jorge Mario Bergoglio. Vallas publicitarias atacaban la gestión del Papa con los comisionados (especialmente con los Franciscanos de la Inmaculada) y el trato dispensado a algunos cardenales.
Según entendemos, la iniciativa fue llevada a cabo por un periodista provida y algunos de sus amigos. Un ejemplo, en resumen, de cómo un laicado fuerte puede influir en las decisiones de las altas esferas del Vaticano.
