El Gobierno de Orbán aprueba la ley Stop Soros: las ONG y los medios financiados por el globalismo serán ilegalizados


Domingo 18 de mayo de 2025
El gobierno de Hungría, presidido por Viktor Orbán, ha aprobado la ley conocida popularmente como «stop Soros» con el objetivo de poner fin a las injerencias extranjeras a través de ONG y medios de comunicación que, según el Ejecutivo, pretenden condicionar la vida política del país con financiación externa.
La medida, impulsada por el partido Fidesz, ha sido duramente criticada por la oposición.
El texto legislativo, presentado el martes por la noche y aprobado el pasado viernes, otorga amplios poderes a la Oficina para la Protección de la Soberanía, una entidad creada en 2023.
Esta oficina podrá recomendar sanciones, acceder a cuentas bancarias, intervenir dispositivos electrónicos y prohibir donaciones si detecta que alguna organización recibe apoyo económico desde el exterior para fines que van contra los valores nacionales.
El proyecto amplía de forma significativa el concepto de «amenaza a la soberanía», incluyendo en él cualquier acción que cuestione la identidad constitucional de Hungría, sus tradiciones cristianas o los principios familiares y biológicos promovidos por el Estado.
Organizaciones acusadas de estos delitos se arriesgan a recibir multas de hasta 25 veces el monto financiado desde el extranjero, y, en caso de reincidencia o impago, podrían ser clausuradas de manera definitiva.
Los fondos provenientes del exterior, incluyendo aquellos vinculados a instituciones europeas o fundaciones extranjeras de filántropos como George Soros, estarían sujetos a control riguroso.
Los donantes húngaros, además, deberán presentar una declaración certificando que sus aportaciones no provienen indirectamente del extranjero.
También se limitará el uso de los mecanismos de deducción fiscal que actualmente permiten a los contribuyentes destinar parte de sus impuestos a ONG.
Zoltán Kovács, portavoz del gobierno, justificó la legislación alegando que se ha detectado una creciente infiltración de intereses foráneos en los asuntos internos.
«Durante años, millones de dólares, especialmente de entidades con base en Bruselas y Washington, han fluido hacia organizaciones con una agenda ideológica clara para influir en la política húngara», escribió en redes sociales.
El endurecimiento normativo se produce poco después de que Orbán declarara en un discurso que las organizaciones respaldadas por financiación extranjera «deben desaparecer», afirmando que su existencia debería ser «legalmente imposible».

