Sara García, el estereotipo de la madre y abuelita del cine mexicano


Domingo 11 de mayo de 2025
Aunque se dice que fue el pintoresco realizador cubano Juan Orol quien impuso el sello de las madrecitas abnegadas en el cine mexicano con su película «Madre Querida», rodada en 1935, fue realmente doña Sara García a quien le tocó encerrarse, casi desde los inicios de su carrera, en el estereotipo de «la madrecita de México» y posteriormente de la abuelita soñada por todos los mexicanos.
Sara García, originaria de la ciudad de Orizaba, se inició como actriz de comedia teatral, la que dicen los críticos, fue despreciada dentro de ese género por el propio cine nacional mexicano.
A Sara García desde que pisó un set se le encasilló en los papeles de mamá como en «No Basta Ser Madre», donde realmente fue una «madre prematura», ya que para dar mejor tipo, tuvo que sacarse los dientes.
De ahí enfiló irremediablemente a la abuelita sufrida y querendona.
Se afianzó como madrecita y abuelita chillona en «Allá en el Trópico»,»Malditas Sean Las Mujeres», «Mi Madrecita», «La Gallina Clueca, «La Abuela», «Cuando Los Hijos se Van», «Todos Son Mis Hijos», «Los Tres García», «Vuelven Los García» y «Dueña y Señora», entre otras películas.
Ya nadie puede olvidarla llorando, sufriendo por sus hijos, lo mismo fueran Pedro Infante, que Emilio Tuero o Abel Salazar.

