Opinión

¡A dar la batalla por la vida!


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Lunes 7 de abril de 2025

Este miércoles 9 de abril a las tres y media de la tarde, se librará en el Congreso del Estado, la más importante batalla a favor de la vida que haya existido en Yucatán.

Dos diputadas de MORENA y otra de Movimiento Ciudadano (que ni siquiera es yucateca), han hecho la propuesta más deleznable y más asquerosa que podría ser posible: despenalizar el aborto, sin importar en que momento de la gestación pudiera realizarse.

Lo anterior, equivale prácticamente a despenalizar el homicidio, habida cuenta que implica la posibilidad de asesinar arteramente, con premeditación, alevosía y ventaja a un ser indefenso, haciéndolo aparte, con lujo de crueldad.

Asimismo, implica negar a niños yucatecos y mexicanos, el mayor y más elemental de los derechos que tiene un ser humano: el de la vida. Toda vez que sin ésta, ninguno de los demás derechos o prerrogativas es susceptible de poderse disfrutar.

Las organizaciones provida han hecho una gran labor argumentando, aportando motivos, esgrimiendo pruebas y razones científicas que justifican y sustentan su posición. No obstante, han sido escuchados aparentemente con desgano y de manera indolente por un hatajo de legisladores indignos del encargo que ostentan y que solo les han dado espacio para que no puedan decir que no fueron escuchados.

Los émulos de Petronilo Tzab, al servicio de fuerzas oscuras y la agenda de la muerte, desconocen lo que significa la hombría de bien y la dignidad humana y tenemos sospechas bastantes para temer que aprueben ofrecer a nuestra infancia en holocausto.

De manera lamentable, los diputados que antaño se constituían en paladines y campeones de la eminente dignidad humana, son hoy día una percha de cobardes y afeminados, incapaces de estar a la altura de la responsabilidad que la sociedad les ha conferido y callan vergonzosa e ignominiosamente. Son fiel reflejo de la decadencia moral de su partido, corruptos y emasculados.

Peor aún, los pastores que debían tocar las campanas a rebato, poner el grito en el cielo y movilizar a su grey, en defensa de causa tan sagrada, acorde a sus valores y principios, confunden las sotanas con enaguas y guardan silencio y se esconden, no dan la cara, conforme corresponde a su ministerio. Ante Dios deberán responder por la sangre inocente que será derramada por su indiferencia y complicidad.

Se pretende exceder sobradamente la ya de por si nefasta normatividad vigente que permite asesinar inocentes hasta las doce semanas de vida. Se aspira a convertir Yucatán en un horrendo tzompantli donde luzcan como trofeos las vidas segadas. Aprobar el aborto tal y como piden esas tres desquiciadas significa prácticamente legalizar los sacrificios humanos, retornar a la época de la barbarie practicada por los pueblos originarios.

No podemos los yucatecos de bien consentir semejante aberración. Tenemos el deber inalienable, la obligación de oponernos, el imperativo moral de resistir. No consintamos en hacernos cómplices, partícipes de crimen tan horrible.

Hagamosle sentir a esa recua de miserables que el pueblo yucateco los repudia, se avergüenza, los rechaza, les da la espalda. Hagamos que se escuche fuerte y clara nuestra voz.

Si en Yucatán todavía quedan hombres y mujeres libres, nos vemos este miércoles 9 de abril a las tres y media de la tarde en el congreso del estado. Que no quede por ninguno de nosotros

SI A LA VIDA

NO A LA CULTURA DE LA MUERTE

YUCATÁN ES PROVIDA

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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