La reencarnación no existe: Profecías de Bayside
EN CUALQUIER HORA
«Hijos míos, todo hombre, mujer y niño en edad de consciencia y conocimiento debe dar cuenta de sus acciones y de la manera en que pasó su tiempo en la tierra cuando pase el velo. Os aseguro, hijos Míos, que no sabéis ni el día ni la hora: mañana podríais partir, dentro de una hora podríais partir. Sólo el Padre Eterno y la Trinidad conocen el tiempo de vuestra venida». – Nuestra Señora, 25 de julio de 1977
GRAN INDULGENCIA
Veronica – Nuestra Señora dice que … cuando te enteres de una muerte … que reces un Acto de Contrición y tres Avemarías, pues se concederá una gran indulgencia para el alma, el alma difunta…. Estarían obteniendo una gracia necesaria para su repatriación al Cielo. – 30 de mayo de 1973
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
«He pedido muchas veces que la palabra muerte se aplique sólo al cuerpo humano. Para el hombre, como creado a imagen de su Dios, no hay muerte si acepta los mandamientos de su Creador y vive su vida en la tierra como se lo pide y dicta su Creador.» – Jesús, 25 de julio de 1979
TREMENDA LUZ
«Al morir no habrá sensación de desmayo ni de desvanecimiento. Habrá una conciencia plena. Habrá una fuerza muy grande que os sacará del cuerpo. Habrá una luz tremenda que os sacará con fuerza de la envoltura del cuerpo, y seréis llevados hacia adelante una gran distancia dentro y por encima del velo.» – Nuestra Señora, 25 de julio de 1978
NO HAY QUE TEMER
«No hay que temer cruzar el velo…. Es un estado temporal de transición. Cuando atraviesas el velo, debes pasar por una niebla y luego por un juicio. Después de este juicio, si vienes a través de la luz, podrás unirte a los que vinieron antes que tú.» – Jesús, 24 de junio de 1976
ESCAPULARIO
«Os prometo que todos los que lleven el Escapulario marrón nunca sentirán el fuego del infierno. Hasta el más grande de los pecadores se convertirá y se salvará si lleva el Escapulario marrón cuando pase el velo, cuando deje, hija mía e hijos míos, su cuerpo en el momento en que llaméis a la muerte terrena.» – Nuestra Señora, 14 de agosto de 1979
SIN PASAPORTE
«Muy pocos rezan por el clero. La idea general, hija Mía, es que tienen un pasaporte especial para el Cielo. Pero no es verdad. Sus tentaciones son mucho mayores que las vuestras. Por lo tanto, deben ser compadecidos. Porque el infierno abierto os mostraría el número de mitras que han caído en los últimos años terrestres». – Jesús, 14 de abril de 1984
MISERICORDIA
«La misericordia de vuestro Dios no tiene límites». – Jesús, 18 de marzo de 1978
SENTIDO DE LA VIDA
«Aceptad todas vuestras pruebas en la tierra, hijos Míos, sabiendo que pueden ser bien utilizadas para la presentación de vuestra alma cuando paséis el velo ante el Padre Eterno para el juicio. Recoged vuestras gracias mientras estéis en la tierra. Guardadlas en el Cielo. Es el único tesoro que debéis buscar. Todo lo demás, hijos Míos, es pasajero.
«Cada vida, cuando es colocada sobre la tierra, tiene un tiempo establecido para ser removida. Mientras estáis en la tierra estáis allí para hacer honor y gloria a vuestro Dios en el Cielo. Debéis conocerle, amarle y servirle en este mundo, para que seáis felices con Él para siempre en el otro.» – Nuestra Señora, 1 de junio de 1978
ATORMENTADOS PARA SIEMPRE
«Sí, muchos de vosotros habéis desechado la verdad y negáis la existencia del otro mundo. ¡Qué triste cuando lleguéis y recibáis vuestro juicio! Seréis recibidos, los que no os arrepintáis ahora, por los agentes del infierno y llevados a una vida de condenación eterna en los fuegos, para ser atormentados para siempre por los mismos deseos que os impulsaron a desechar la vida eterna por vuestro lugar en el infierno.» – Nuestra Señora, 14 de septiembre de 1972
TU ELECCIÓN
«A todos se les dará en el juicio según sus méritos. Ninguno caerá en el abismo si no es por su propia voluntad. Es voluntad del Padre que ninguno se pierda para satanás». – Jesús, 23 de noviembre de 1974
UN MOMENTO
«La vida terrestre no es más que un momento; la otra vida es una eternidad». – Nuestra Señora en locución,* 19 de agosto de 1993
MARTIRIO
«El martirio significa la entrada inmediata en el Cielo. ¿No vale la pena luchar por esto?» – Nuestra Señora, 20 de noviembre de 1978
RESURRECCIÓN GENERAL
«El cuerpo humano estará temporalmente separado del alma. Al final de los tiempos, ambos se reunirán para la glorificación del Padre.» – Nuestra Señora, 8 de junio de 1974
SIN RAZA NI COLOR
«Repito de nuevo para el hombre que ha perdido el camino: no hay raza, no hay color, no hay riqueza, …. Sólo hay espíritus en el Cielo. Y como tal, cuando vengáis a Nosotros, seréis juzgados por los méritos de vuestra alma, de vuestro espíritu, no por vuestras ganancias en la tierra.» – Nuestra Señora, 25 de diciembre de 1971
HACED PENITENCIA
«¡Hijos míos, el infierno y el purgatorio están olvidados!
Olvidada, la muerte de mi Hijo en la cruz, mientras vosotros alzáis alegremente la voz, le llamáis Salvador y pensáis que todos se salvan sin penitencia, expiación y sacrificio. ¿Pecaréis y seréis siempre perdonados sin penitencia? ¡No, os digo! Sólo unos pocos se salvarán. Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos». – Nuestra Señora, 9 de abril de 1977
PLENO CONOCIMIENTO
«Yo os digo, como vuestro Dios, que lo vivo, lo más grande de vosotros es vuestro espíritu, vuestra alma. Nunca morirá. Y vosotros conserváis, hijos míos, todo el conocimiento en el intelecto. No perdéis vuestra percepción. Tendréis pleno conocimiento a través del velo de lo que habréis ganado o perdido. Vuestras emociones, hijos Míos, son retenidas, os digo. Y os percataréis de la mayor profundidad de sufrimiento imaginable si no os preparáis para vuestra recompensa eterna en el Cielo.» – Jesús, 22 de noviembre de 1976
EL PECADO ES MUERTE
«El pecado se ha convertido en una forma de vida para muchos. La paga del pecado es la muerte, la muerte del espíritu. No os preocupéis, hijos míos, de la muerte del cuerpo, porque es el alma eterna lo que el Padre busca ganar.» – Nuestra Señora, 14 de septiembre de 1976
NO HAY REENCARNACIÓN
«El espíritu -cuando muere el cuerpo tal como lo conocéis, – vuelve al Padre. No entra en otro cuerpo». – Nuestra Señora, 28 de septiembre de 1974
ACTO DE CONTRICIÓN
«Oh, Dios mío, siento de todo corazón haberte ofendido, y confieso todos mis pecados, porque temo la pérdida del Cielo y las penas del infierno; pero sobre todo porque te amo, Dios mío, que eres todo bondad y mereces todo mi amor. Resuelvo firmemente, con la ayuda de Tu gracia, confesar mis pecados, hacer penitencia y enmendar mi vida. Amén». – Jesús, 6 de octubre de 1988
