¿No serán Moisés y Juan el Bautista testigos contra esta Iglesia?
Domingo 12 de enero de 2025
Aparición de San Charbel en Sievernich el 22 de diciembre de 2024
San Charbel habla:
«¡En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! Amén.
¿Habéis preparado vuestro corazón para el Señor, para vuestro Jesús?
He consagrado mi vida a Él. Occidente no ha reconocido a Jesús. Lo ha estudiado en teología, pero no lo ha reconocido. Vuestras iglesias están llenas del espíritu de la época. Pero las almas de la gente buscan el Espíritu Santo, un encuentro con Dios. ¿Qué hacen vuestros pastores? ¿Dónde está la confesión? ¿Tenéis miedo como Pedro?
¿No serán Moisés del Antiguo Testamento y Juan el Bautista del Nuevo Testamento testigos contra la Iglesia del espíritu del siglo?
¿No serán las Sagradas Escrituras testigos contra vosotros?
Las Sagradas Escrituras son la Palabra de Dios para la eternidad. Si las Sagradas Escrituras hablan en vuestro favor, ¡Dios habla en vuestro favor! Si habla en vuestra contra…» ahora San Charbel inclina la cabeza, «… ¿cómo seréis juzgados? Arrodillaos y pedid misericordia. Pedid la misericordia de Dios, porque seréis pesados según las almas que llevéis por el mal camino.
Dios ama al hombre, pero odia el pecado porque deforma al hombre. Del pecado nace el desastre, ¡nacen las guerras! Por eso, rezad mucho pidiendo reparación ante el Padre Eterno. Pedid la amistad de vuestro Señor Jesús, mi Jesús, que me ha enviado a vosotros. Rezad por las almas descarriadas, pues no debéis rechazarlas en la Palabra, sino pedir misericordia para ellas. Esto es lo que quiere el cielo.
Pero no aceptéis ningún mandamiento falso ni ninguna enseñanza falsa. No os dejéis llevar por el mal camino. Permaneced fieles a Jesús y a María.
Se acercan tiempos de confusión. Por eso los santos del cielo rezan por vosotros, por eso el cielo se abre aquí. ¡Sed fuertes en la fe! El Espíritu Santo sopla donde quiere. Nadie puede detener el viento del Espíritu Santo. Confiad en el Rey de la Misericordia. ¡Preparad vuestro corazón para Su venida! Bendeciré a los enfermos con el sacerdote»