La buena educación
Sábado 12 de octubre de 2024
La escuela pública no reemplaza el aprendizaje en el hogar.
El verdadero éxito (o fracaso) del desarrollo de un niño no radica en la calidad de la escuela pública (o privada) a la que es enviado.
La clave está en la esmerada instrucción y atención que recibe en casa de los padres: los primeros y principales educadores del niño.
Las escuelas públicas se han convertido en una «niñera» subsidiada para muchos padres: una manera de deshacerse de su niños y desatenderse por completo de la educación y crianza de sus hijos.
Esto no solo es irresponsable, sino que, en última instancia, es contraproducente.
Los niños deben saber y sentir que en su hogar, sus padres valoran mucho su escolarización. De otra manera, esos niños simplemente imitarán el desinterés y la indiferencia de los padres.
En cuanto a nosotros, los Católicos, el mandamiento de Dios es claro: es responsabilidad de los padres, no del estado, ni del gobierno, ni de los políticos, ni de los ricos, ni de nadie más, la instrucción de nuestros hijos.
– Deuteronomio 6:7: «Y diligentemente les enseñarás a tus hijos estando en tu casa …»
– Efesios 6:4: «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor».
Con esto no digo «no mandes a tus hijos a colegios públicos» (aunque la verdad sea dicha, considerando el deterioro moral e intelectual de nuestro tiempo, si puedes, mejor edúcalos en casa). Pero sí estoy diciendo esto, y de manera enfática:
NO DES AL CESAR (es decir, al Estado Secular) LO QUE ES DE DIOS. Es decir, nuestros hijos. Nuestra simiente, en Cristo, es santa (1 Corintios 7:14).
Así que, padres: no evadamos nuestra alta vocación. Instruyamos nuestros hijos diligentemente desde el hogar.
Entonces veremos, una nueva generación brotar de médicos, abogados, científicos, enfermeras, inventores, sacerdotes etc., todos haciéndolo de manera excelente, para la gloria de Dios. Ahí está la clave.
Muchos éxitos en este año escolar. Gracia y paz.
Dios, Patria y Libertad