El guiño de Putin al islam
Miércoles 4 de septiembre de 2024
Invitado a inaugurar la mezquita dedicada al “Profeta Jesús” en la capital chechena, el presidente de la federación de Rusia besó un ejemplar adornado del Corán que entregó a Ramzan Kadyrov.
Con este acto ha reivindicado su relación privilegiada con el islam, una cuestión de política tanto interna como externa para Vladimir Putin.
Estábamos acostumbrados a la imagen de Vladimir Putin portando las vestiduras del zar ortodoxo durante los servicios religiosos de las vigilias de Navidad y Pascua, a los que nunca deja de asistir.
Al visitar Chechenia el 20 de agosto de 2024 –una república rusa de mayoría musulmana– parece que el líder del Kremlin ha querido más bien perfeccionar la imagen de “Padre de todas las Rusias”.
Al inaugurar la mezquita de Abu-Issa –nombre árabe de Jesús– que levanta sus finos minaretes almenados en el corazón de Grozny, en medio de edificios al más puro estilo estalinista, Vladimir Putin “se distinguió con un gesto fuerte y altamente simbólico al besar una copia del Corán”, informa el sitio de noticias musulmán Oumma.
Si hay allí un símbolo, sería sobre todo el de la relación privilegiada que el líder de Rusia pretende mantener con el islam. Una relación muy antigua, además, ya que en 2003, mientras estaba en guerra contra los separatistas musulmanes chechenos, Vladimir Putin logró ser el primer presidente de un país de mayoría no musulmana, en participar en la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI).
El sucesor de Boris Yeltsin argumentó entonces que su país tenía un 15% de musulmanes y ocho repúblicas autónomas que reivindicaban una identidad musulmana.
Pero la alianza con el islam también es estratégica a nivel internacional para Vladimir Putin, que busca constantemente apoyo internacional en lo que algunos llaman su «cruzada contra la hegemonía occidental», que se manifiesta, en particular, a través de las posiciones de la OTAN.
Teniendo esto en cuenta, la Federación de Rusia ha diversificado sus asociaciones en Oriente Medio, en particular con Turquía, Irán, Siria, pero también con los Estados musulmanes de Asia Central y África Negra, como se detalla en un artículo de Grand Continent.
En cualquier caso, el video del líder del Kremlin besando el Corán en la capital chechena se volvió rápidamente viral en las redes sociales, siendo denunciado por algunos y recibiendo entusiastas elogios por parte de otros.
Un gesto que no debería hacernos olvidar finalmente que el presidente ruso necesita más que nunca tropas chechenas comprometidas en la defensa de la región de Kursk, recientemente invadida por tropas ucranianas: a orillas del Moscova, se dice que Kursk bien vale la pena un beso, incluso coránico…
