Ramírez Marín, un tribuno de polendas
Miércoles 4 de septiembre de 2024
Si hay alguien cuyo elemento es la tribuna, entonces hablamos de Jorge Carlos Ramírez Marín.
Nuestro coterráneo es el parlamentario por excelencia. Se mueve como pez en el agua en las lides legislativas.
Si alguien sabe debatir, si alguien sabe dialogar, si alguien sabe convencer y construir mayorías y consensos, ese es Jorge Carlos Ramírez Marín.
Si alguien posee la sensibilidad, la creatividad y el ingenio, para plasmarlo en iniciativas a favor de Yucatán y de México, privilegiando siempre a quienes más lo necesitan, ese es Ramírez Marín, un hombre que no sólo deslumbra en el foro, sino que también relumbra por su capacidad de gestión.
No, esto no es un desmesurado panegírico. En lo absoluto. No es casual que nuestro paisano haya sido ya en cinco oportunidades, nombrado como vicepresidente del Senado de la República.
Ello es el mejor reconocimiento a sus capacidades y talentos. A ese oficio político, que hacen de Ramírez Marín el prototipo del negociador, del personaje capaz de desfacer entuertos.
Cinco veces, en las que Ramírez Marín, para honra de los legisladores yucatecos, ha tenido destacadísimas y sobresalientes participaciones en asuntos torales para la vida de nuestro país.
Cinco ocasiones, que llevan a reflexionar y concluir que la vicepresidencia de la Cámara Alta de nuestra nación, es un traje que ya le queda pequeño a Jorge Carlos, que tiene sobrada trayectoria y merecimientos para aventar arriba, para ser acreedor de coordinar las labores de esa instancia, al más alto nivel.
Podríamos pensar que la posibilidad que esto suceda, es tan sólo una cuestión de tiempo, pero… resulta que los amigos de Jorge Carlos sabemos que a esta eventualidad se opone, el cumplimiento del más grande anhelo de nuestro apreciado Prócer.
¿Qué será lo que ha de concretarse primero? No lo sabemos a ciencia cierta. Es cosa que habremos de dejar en manos de Dios y el tiempo. Lo que es una realidad irrebatible, es que Ramírez Marín es un tribuno de polendas y esto, es algo que nos debe llenar de orgullo a los que amamos a Yucatán.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad