Religión

Dios ha puesto amor también en los animales

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Miércoles 14 de agosto de 2024

Durante seis años, un perro llamado Capitán durmió en la tumba de su dueño todas las noches.

Su dueño, Miguel Guzmán, murió en 2006 y Capitán desapareció poco después de que la familia asistiera al funeral.

Buscaron por todas partes y repartieron volantes para intentar encontrarlo, pero nadie lo había visto.

Una semana después, algunas personas que estaban en el cementerio una noche, ya tarde vieron a Capitán acostado en la tumba y se comunicaron con el jardinero del cementerio.

El cementerio notificó a la familia, que vino rápidamente a recogerlo y llevarlo a casa.

Pero cada noche lloraba y arañaba frenéticamente la puerta para salir y no regresaba a casa hasta la mañana.

Más tarde se descubrió que Capitán caminaba las tres millas de regreso al cementerio todas las noches para cuidar la tumba de su amo.

Sucedió durante siete años.

El cementerio no cerraba las puertas hasta que llegaba todas las noches puntualmente a las seia de la tarde.

Dormía allí toda la noche, cuidando la tumba hasta que el jardinero abría la puerta por la mañana.

(Esta es una imagen real de Capitán)

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