La fe, la mejor herencia
Martes 18 de junio de 2024
Un padre que instruye a sus hijos, hace más más bien a la sociedad que mil políticos.
El deber del estado no es educar a los niños, ese es el santo deber que Dios le ha asignado al padre de familia:
– «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor» (Efesios 6:4).
Estas son las mismas palabras del profeta Moisés, a nuestros antepasados en el desierto:
– «Y diligentemente enseñarás a tus hijos y hablarás de ellos cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes» (Deuteronomio 6:7).
Ni las escuelas diurnas, ni las escuelas públicas, ni las escuelas privadas, ni ningún programa de cuidado infantil.
No es deber del ministro.
No es deber del político.
No es deber del maestro de escuela.
No es deber de extraños.
Es el deber más sagrado del padre, la cabeza del hogar: con amor, pero con disciplina, transmitir la fe de los padres a los hijos, para que en cada generación, el Dios del cielo y su hijo Jesús, sean exaltados sobre toda la tierra.
La mejor herencia, no es oro, ni fama, sino la santa Fe Católica.