Hezbolá amenaza con inundar Europa de inmigrantes ilegales
Sábado 18 de mayo de 2024
Por si los europeos no tuvieran bastante con políticos entusiastas del «enriquecimiento cultural» que trae la inmigración masiva y ONGs bien financiadas que actúan como taxis marítimos para las mafias de tráfico de persona, ahora es Hassan Nasralah, líder del grupo terrorista chií Hezbolá, quien amenaza con «abrir los mares» e inundar Europa con hordas de inmigrantes de Oriente Próximo.
En realidad, Nasraláh no amenaza con hacerlo él mismo, sino que urge a hacerlo a los países de la zona enfrentados con Israel.
El líder chií hizo estas declaraciones en el curso de una alocución televisada en una manifestación que conmemoraba el octavo aniversario del asesinato del difunto comandante militar de la Resistencia de Hezbolá, Mustafa Badreddine.
El líder militante pidió «una decisión nacional que diga: hemos abierto el mar… quien quiera partir hacia Europa, hacia Chipre, tienes el mar enfrente. Embárcate».
Los comentarios son parte de un esfuerzo por presionar a la Unión Europea, que anunció a principios de este mes una ayuda de 1.000 millones de dólares al Líbano para que el país mantenga a los inmigrantes sirios dentro de sus fronteras.
Sin embargo, hay un creciente sentimiento antisirio dentro del Líbano, donde viven dos millones de sirios, el mayor número de refugiados per cápita del mundo.
Los nativos, enojados por su presencia, han provocado disturbios. Al parecer, la diversidad no es la fuerza del Líbano. Su economía colapsó en 2019, llevando a muchos de los recién llegados a intentar el desembarco en Europa en pateras.
Nasrallah señaló que según el acuerdo del Líbano con la Unión Europea, a los inmigrantes «se les prohíbe (salir), por lo que recurren al contrabando y a los botes neumáticos, y hay ahogamientos en el mar, porque el Ejército libanés está implementando una decisión política para impedirles migrar».
Para los libaneses, el dinero europeo no es más que un soborno para impedir que los sirios desplazados se dirijan a Europa.
Lo que hace evidentes las palabras del líder chií es que la inmigración masiva no es considerada una invasión en toda regla por un número creciente de europeos y es usada como tal por los países que quieren presionar a las potencias occidentales, un arma de presión política.
Por supuesto, sólo es un arma porque los gobiernos occidentales han abdicado de su función primordial de controlar sus fronteras y permiten que la etiqueta de “refugiado” pueda adjudicarse sin demasiados problemas.
Así, una nueva ola de varones jóvenes en edad militar podrían valerse de esta denominación para asentarse masivamente en cualquier país del Viejo Continente.