Internacional

El sector textil se rebela ante el plan de Bruselas que encarecerá la ropa: No somos terroristas

Spread the love

Jueves 13 de julio de 2023

Bruselas pretende que los fabricantes paguen la gestión de los residuos textiles, lo que encarecerá el precio de la ropa

Inquietud en el sector textil ante la nueva idea ecologista de Bruselas. La Comisión Europea ha presentado esta semana una propuesta para instar a los «productores» a que «sean responsables de todo el ciclo de vida de los productos textiles» con el objetivo de «apoyar la gestión sostenible de los residuos textiles en toda la UE» señalan en una comunicación.

Según la Comisión, «esta iniciativa acelerará el desarrollo del sector de la recogida separada, la clasificación, la reutilización y el reciclado de productos textiles en la UE». Pero esto no será gratis para las empresas. 

El plan de Bruselas consiste en que sean los fabricantes de ropa los que sufraguen todo el proceso y el coste dependerá del criterio de los burócratas europeos.

«Los productores cubrirán los costes de la gestión de los residuos textiles, lo que también les ofrecerá incentivos para reducir los residuos y aumentar la circularidad de los productos textiles, diseñando mejores productos desde el principio. 

La cantidad que pagarán los productores al régimen de responsabilidad ampliada del productor se ajustará en función del comportamiento medioambiental de los productos textiles, principio conocido como ecomodulación» aseguran.

En la Asociación Nacional del Comercio Textil (Acotex) aseguran que la idea de Bruselas «genera muchas dudas sobre cómo se va a llevar a cabo su aplicación o quién lo paga», aunque tienen claro que «encarecerá el proceso, y si se encarece un proceso de fabricación, se encarece el precio 

¿Está el cliente español dispuesto a pagar más por que la ropa sea sostenible o de material 100% orgánico? Yo creo que ahora mismo no» avisa su presidente, Eduardo Zamácola.

Con esta iniciativa, Bruselas declara, sobre todo, la guerra a la ropa barata y, por ende, a los principales clientes de este tipo de prendas, que son las clases más desfavorecidas

Aumentar los costes de producción e imponer los materiales que tienen que usar los fabricantes a la hora de crear sus productos perjudicará al llamado fast fashion, que comercializan enseñas como Primark o Kiabi, y cuyos modelos de negocio consisten en vender muchos productos de menor calidad a precios reducidos.

La norma de Bruselas pretende además «facilitar a los Estados miembros la aplicación del requisito de recoger los productos textiles por separado a partir de 2025.

Las contribuciones de los productores financiarán inversiones en capacidades de recogida selectiva, clasificación, reutilización y reciclado.

Las normas propuestas sobre gestión de residuos tienen por objeto garantizar que los textiles usados se clasifiquen para su reutilización y que lo que no pueda reutilizarse se destine prioritariamente al reciclado».

En este punto, Zamácola también tiene sus dudas. «Una vez vendida una prenda, la firma no puede tener más responsabilidad sobre ella. Si nos dicen que pongamos un buzón de reciclado en nuestros establecimientos, se podría hacer, pero no podemos responsabilizarnos de que se recicle un abrigo que vendimos hace 10 años» señala.

El presidente de Acotex lamenta que normativas como esta pongan otro palo en la rueda de un sector duramente dañado por «la pandemia del coronavirus, por la reforma laboral, por la subida del SMI y por la crisis inflacionista».

Zamácola admite que «la prioridad por la moda está disminuyendo. Todavía no hemos recuperado la actividad perdida por la pandemia (estamos un 30% por debajo) y que se nos esté demonizando y tratando como terroristas no ayuda» denuncia.

Según la UE, en el Viejo Continente «se generan 12,6 millones de toneladas de residuos textiles al año. La ropa y el calzado representan por sí solos 5.2 millones de toneladas de residuos, lo que equivale a 12 kg de residuos por persona cada año.

En la actualidad, solo el 22% de los residuos textiles postconsumo se recogen por separado para su reutilización o reciclado, mientras que el resto suele incinerarse o depositarse en vertederos».

Otra de las dudas es si se establecerán reglas sobre qué tipo de materiales se podrán comercializar en Europa.

Es decir, si las exigencias para las prendas compradas fuera del continente y vendidas dentro de él serán las mismas que para la ropa producida en territorio europeo.

De no ser así, las compañías que fabriquen sus productos en fabricas textiles europeas contarán con mayores hándicaps que aquellas que lo hagan en China o La India. También hay dudas sobre si habrá restricción de materiales.

La Comisión Europea lleva varios años imponiéndole todo tipo de regulaciones a las empresas con la excusa de lograr el objetivo de las cero emisiones en el año 2050.

No hay sector que se libre: el transporte, con la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035; el sector inmobiliario, con más obligaciones para lograr la eficiencia energética; el sector alimentario, con sobrecostes al plástico…. Ahora, le ha llegado al turno al sector textil,

Deja una respuesta