Mauricio Vila piensa en dinero y popularidad y no en el pueblo
En días pasados, un grupo de empresarios se reunió con el gobernador del estado, preocupados por la situación económica y en materia de salud de nuestra entidad.
Los empresarios le hicieron sentir al ejecutivo estatal su inquietud por la situación prevaleciente y le pidieron apoyo para ayudarlos a generar las condiciones necesarias para reactivar la economía en el menor tiempo posible.
También le expusieron su preocupación por el tema de la salud, el índice de contagios y decesos y su inconformidad con algunas medidas implementadas, como las restricciones de horario y la ley seca.
Dicen los asistentes que Vila estaba muy tenso. Que dijo que si había apoyado al sector empresarial, que hasta con el presidente y López Gatell aseguró haberse peleado por apoyar a los empresarios locales. Afirman que defendió la ley seca y el caos que a la fecha prevalece en el transporte urbano de pasajeros, que dijo haber apoyado con más de 200 millones de pesos. Empero, el gobernador no mostró demasiado empacho al indicar que sabía que tendría que morir gente, pero que su interés era que el estado regresara pronto a la actividad.
Llama la atención todo lo dicho por Jorge Moreno de la CANAIVE, en un clip de audio que ya medio Yucatán conoce, porque deja claro que el ejecutivo estatal sigue montado en su macho y no da marcha atrás en lo absurdo de medidas como la ley seca y las restricciones de horario.
Todo hace suponer que al gobernador lo que le interesa es el tema económico, que no es malo procurar que haya ganancias para el empresariado, porque eso se traduce en empleos y por ende, en ingresos para el gobierno y el asunto de su popularidad, para que la gente diga maravillas de él y lo apoye en sus siguientes proyectos políticos (esto no sería criticable, si tomase las medidas idóneas para tal efecto). Al parecer al ejecutivo local lo que le urge es que haya dinero para que los ciudadanos puedan pagar el costo del reemplacamiento y haya dinero susceptible de ingresar a las arcas estatales.
El problema es que según parece, Mauricio Vila desestima el tema de la salud en el transporte público de pasajeros y que es por este medio que se suscitan una gran cantidad de contagios, tanto en los paraderos aguardando las escasas unidades en servicio, como a bordo de las mismas, por la saturación de usuarios, consecuencia de su escaso número.
Afirmar con frialdad que siempre habrá gente que muera, puede ser tal vez un acto de realismo, pero que no deja de tener un marcado tono de frialdad e indiferencia, que no honran precisamente a Mauricio Vila y que en nada contribuyen a mejorar su ya maltrecha imagen pública.
La percepción de la gente (de muchos panistas inclusive), es que el gobernador y su equipo de colaboradores, no tienen ni la más remota idea de lo que tienen que hacer y disponen disparate y medio, tratando de encontrar una solución de manera milagrosa, a pesar de que sabemos que esto no es posible. El problema no es preocuparse por la crisis económica, sino limitar la inquietud y los esfuerzos únicamente a ese tema, descuidando el tema de la salud pública, especialmente de los sectores sociales más vulnerables.
La insensibilidad, la soberbia, la terquedad de Mauricio Vila en mantener contra viento y marea, un catálogo de disposiciones absurdas e inútiles, le costará muy caro no sólo a los allegados al ejecutivo estatal, sino también a los integrantes de su partido, pues desgraciadamente, lo que Vila haga o deje de hacer, impacta de manera obligada en la marca.
El pueblo yucateco sigue sumando los agravios provenientes del gobierno estatal y permanece en espera de cobrarse tantas afrentas. Ya tendrá el gobierno del estado oportunidad para darse cuenta y tiempo para lamentarse.
Seguimos pendientes…