Una cita sobre el Santo Rosario
Domingo 4 de junio de 2023
El Rosario de la Virgen María es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por la Iglesia en su Magisterio.
En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado, una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad.
Se encuadra bien en el camino espiritual de un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido nada de la novedad de los orígenes, y se siente empujado por el Espíritu de Dios a «remar mar adentro» (Duc in altum!), para anunciar, más aún, ‘proclamar’ a Cristo al mundo como Señor y Salvador, ‘el Camino,la Verdad y la Vida’ (Jn 14, 6), el ‘fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización’.
El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología.
En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio.
En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal.
Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor.
Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor.
Es la mejor forma de pedir a Dios O a la Virgen por nuestros hermanos en Cristo. La misa la mejor unión con Jesús por medio de la Sagrada Comunión.