Así es la nueva vida de Renée Taylor, la madre de Fran Fine en La Niñera
Renée Taylor interpretó al personaje de Sylvia Fine en la sitcom estadounidense La Niñera. Su actuación se ganó el corazón de todos los televidentes, en especial del público latino, cuando la producción comenzó a emitirse en el resto del continente. En abril pasado, se cumplieron 30 años del estreno del primer episodio y con ello sus fans revivieron los recuerdos más fortuitos de sus personajes emblemáticos. Bajo una vida pública y llena de elogios, la guionista de 90 años, lleva una nueva realidad lejos de la pantalla chica.
Renée nació en el Bronx, Nueva York, en el año 1933. Desde muy pequeña siempre se familiarizó con el mundo artístico y entendió que su futuro estaría dedicado exclusivamente a ello. A lo largo de su vida cosechó importantes reconocimientos como productora y directora. Coescribió junto a su esposo de ese entonces, Joseph Bologna, la obra teatral Amantes y otros extraños, con la que más tarde llegó la adaptación al cine. Esto mismo le valió a Taylor su primer Oscar como mejor guionista en 1970.
Si bien su rostro ya era famoso dentro del ambiente del espectáculo en Estados Unidos, durante los años de emisión de La Niñera (1993-1999), quien encarnó a la madre de Fran Fine (Fran Drescher), adoptó una personalidad muy aclamada por el público. Sus escenas colmadas de humor y en muchos casos de nostalgia, representaban la vida de una mujer judía, jubilada, un poco autoritaria y en busca constante del afecto de su esposo Morty, quien nunca aparecía junto a ella. Gracias al desempeño en la serie, recibió un Emmy en 1995.
Aquel amor y fanatismo internacional que cosechó en la década de los 90, le permitió aparecer en siguientes películas, como: La vida en tiempos de guerra (2009), La tribu del arcoíris (2011) y Cómo ser un Latin Lover (2017). Además interpretó a Maude Monaghan en la reconocida serie La ley y el Orden (Temporada 11), entre otras actuaciones para diferentes producciones televisivas.
No obstante, la vida de Renée dio un giro pleno en su fama. Actualmente, se reinventó mediante las redes sociales y a diario suele compartir con sus más de 91.000 seguidores parte de su rutina, al igual que diferentes tipos de publicidades y hasta pequeños sketchs. En uno de sus cortos humorísticos, trabajó junto a una reconocida marca de calzado, al igual que con otras empresas estadounidenses.
La vida de Taylor es de sumo relax, viajes y pequeñas ironías para con su persona. En su Instagram oficial, nunca faltan los cálidos mensajes de sus admiradores, de aquellos que durante la emisión de La Niñera crecieron junto a sus chistes y retos a Fran. Es común encontrar en la sección de comentarios a decenas de argentinos que en cada publicación le hacen llegar su amor constante.
Una de las publicaciones que más causó revuelo entre los seguidores de la sitcom fue cuando Fran Drescher interrumpió su agenda laboral en marzo de este año para celebrar el cumpleaños de Renée en Florida. Mediante un emotivo reel, ambas aparecieron frente a la cámara y le enviaron un saludo a todos sus seguidores. No obstante, la influencia de aquella serie fue tal, que aún continúa con referencias constantes a escenas emblemáticas.
Al igual que Drescher y su icónico personaje de una niñera muy adecuada a la moda, Renée marcó a una generación en la que su papel de Sylvia reflejó algunos aspectos de la vida de una persona mayor, en la que siempre intentaba estar presente para su hija y así no sentirse tan sola, así como en cada momento persistía en su interés por escapar a los signos de la vejez. Un fiel reflejo de la sociedad de los 90, en el que ahogaba sus penas en comida y donde capítulo a capítulo aprendía de Fran que los mandatos impuestos que en su momento encarnó, ya eran cosa del pasado.
Renée Taylor sigue vigente, supo resignificar y ofrecerle a su público una nueva versión de sí misma, en donde regala constantemente pequeñas obras de comedia que la tienen como protagonista. Entendió a la perfección el mundo de las redes y se adecuó a un nuevo tipo de masa social que se mueve en la virtualidad. Gracias a ello, utilizó su popularidad para instalar mensajes significativos y así enseñó que no existe edad para ir por más.