El Misterioso Fuego que Aparece en la Tumba de Jesús
Martes 25 de abril de 2023
El Sábado Santo sucede en la Iglesia del Santo Sepulcro de Tierra Santa, uno de los milagros más inconcebibles para nuestra mentalidad incrédula.
Donde está la tumba original que albergó el cuerpo muerto de Jesús y donde sucedió su Resurrección, se enciende espontáneamente una llama, sin que ningún ser humano la encienda.
Hay noticias de que esto sucede desde el siglo IV o sea prácticamente desde la construcción de la Iglesia del Santo Sepulcro, iglesia que hoy es custodiada por 6 denominaciones cristianas.
Aquí hablaremos sobre cómo sucede este portentoso prodigio, que ha sucedido todos los años hasta nuestra época, y que es uno de los fenómenos más milagrosos, pero menos conocidos en occidente.
El Milagro ocurre desde el siglo IV, o sea desde 7 siglos antes que ocurriera el cisma que dividió al cristianismo de oriente con el de occidente, en el año 1054.
Durante 7 siglos todos los cristianos participaron en este prodigio, y luego quedó en mano de las iglesias ortodoxas.
En el lugar más sagrado sobre la Tierra, cada Sábado Santo a la misma hora y de la misma manera ocurre este prodigio.
No se conoce ningún otro milagro que ocurra, de manera tan regular y esté sucediendo por un período de tiempo tan extenso.
La luz que se enciende por manos no humanas tiene el propósito de recordar la resurrección de Jesucristo, la luz del mundo.
Y se cree que el año en que no se encienda será el último año en la historia de la humanidad.
Alrededor del Sepulcro de Jesús fue erigida una pequeña capilla con dos recintos, que está contenida dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.
Dentro de la capilla hay un recinto pequeño, y otro que contiene el propio Sepulcro de Jesús, en donde no caben más de cinco personas.
Esta capilla es el centro de los acontecimientos.
El Sábado Santo, el Patriarca Griego entra en la capilla del Sepulcro, a oscuras y con dos velas apagadas.
Se arrodilla frente a la piedra, sobre la cual Cristo fue colocado después de Su Muerte.
Dice ciertas oraciones, y después ocurre el Milagro.
Una luz azul emana desde el centro de la piedra.
Y después de un tiempo permite encender las lámparas de aceite apagadas y las velas del Patriarca.
Esta luz es el «Fuego Santo”, que luego el Patriarca propagará a las velas de todas las personas presentes en la Iglesia.
Lo más llamativo es que la llama que se enciende produce luz, pero no quema, luego de lo cual se transforma en un fuego normal.
Al principio sólo es ligeramente caliente.
Esto se ha medido con termómetros, pero además los peregrinos pueden tocarla fácilmente y no quemarse.
Hace poco un miembro de la unión de los científicos ortodoxos llevaron a cabo un experimento para medir la temperatura del Fuego Santo con un dispositivo muy preciso que utiliza un láser.
Y los resultados fueron sorprendentes.
La temperatura inmediatamente después de haber recibido el fuego del Patriarca de Jerusalén era de 42°C, pero 15 minutos más tarde era de 320°C y siguió subiendo.
Toda la ceremonia comienza a las 11 AM del Sábado Santo de los ortodoxos, quienes se rigen por el calendario juliano y habitualmente no coincide con el Sábado Santo Católico, que se rige por el calendario gregoriano.
Los presentes cantan una letanía y dan vueltas alrededor del Santo Sepulcro hasta la 1 PM.
Desde la noche anterior todas las lámparas de aceite han sido apagadas y hay sólo luz artificial en la iglesia.
A la 1:45 PM entra en escena el Patriarca Griego, quien es desvestido de sus vestiduras litúrgicas reales, quedando sólo con su alba blanca, como señal de humildad frente a Dios.
Luego las autoridades civiles realizan un control de la tumba para detectar si hay algo espurio que pueda provocar el encendido artificial del fuego.
Y todo se sella con una mezcla de miel y cera, y arriba es puesto el sello de las autoridades.
Las autoridades israelíes, que obviamente no son cristianas, también examinan minuciosamente al Patriarca antes de entrar en el Santo Sepulcro, para estar totalmente seguros de que no lleve algún elemento que pueda producir fuego, mientras el Patriarca está solo.
Antiguamente eran las autoridades turcas musulmanas quienes examinaban al Patriarca, antes de permitirle la entrada al Santo Sepulcro.
Está de más decir que tanto a judíos como a musulmanes no les interesa avalar un prodigio falso, y por el contrario, sí les interesaría desmentirlo.
Luego que el Sepulcro ha sido revisado y sellado, y revisado el Patriarca, la Iglesia entera canta el Kyrie Eleison, Señor, ten piedad.
Y toda la luz artificial se apaga, para que la Iglesia quede envuelta en la oscuridad.
Entonces el guardián de la sacristía le da al Patriarca Griego dos velas apagadas para que deposite en ellas el fuego que se encenderá espontáneamente.
Luego representantes de árabes, armenios y coptos besan la mano del patriarca para que pueda recibir el Fuego Santo, porque de otra forma no podría recibirlo según la tradición.
Y con las dos grandes velas el Patriarca entra a la Capilla del Santo Sepulcro, primero al pequeño cuarto frente al Sepulcro y de ahí, al Sepulcro mismo.
Se arrodilla con un santo temor, frente al lugar donde Cristo yacía después de Su Muerte, y donde Él Resucitó.
Y recita ciertas oraciones que han sido dadas a través de los siglos.
Y habiéndolas dicho, espera.
Algunas veces espera unos cuantos minutos, pero normalmente el milagro ocurre inmediatamente después de que ha dicho las oraciones.
De repente oye como un silbido y desde el centro de la misma piedra, en la cual Jesús yació, surge una luz indefinible.
Generalmente tiene un tinte azul, pero el color puede cambiar y tomar matices diferentes.
Cada año esta luz se comporta de manera diferente.
Algunas veces cubre solamente la piedra, mientras que otras veces ilumina todo el Sepulcro.
No puede ser descrita en términos humanos.
Se eleva de la piedra como la niebla se eleva de un lago.
Y parece que la piedra estuviera cubierta por una nube, pero es luz.
La luz no quema y es de una consistencia distinta al fuego normal que arde en una lámpara de aceite.
En cierto momento, la luz se eleva y forma una columna, en la cual la llama se hace más caliente y puede encender sus velas en ella.
Y una vez que recibió la llama en sus velas, sale y le da el Fuego, primero al Patriarca Armenio, y luego al Copto.
Y un grito de júbilo resuena en la Iglesia, comparable solo al grito de gol en un partido de fútbol.
Después pasa la llama a todas las personas presentes en la Iglesia, la que permanecerá sin quemar, como lo hace habitualmente una vela, durante 33 minutos.
También se ha reportado que la luz azul aparece a veces fuera del Sepulcro.
Y enciende por sí misma las velas que los presentes sostienen en sus manos.
Y las lámparas de aceite cerradas, se prenden por sí mismas, ante los ojos de los peregrinos.
¿Y cuál es la posición de la Iglesia Católica ante esto? No tiene una posición oficial.
Pero hay que recordar que durante 7 siglos compartió este milagro con los ortodoxos, porque la Iglesia era una sola.