Las buenas familias
Miércoles 19 de abril de 2023
Las buenas familias no surgen automáticamente.
Los hogares sanos no suceden por milagro.
Los hijos disciplinados no se forman por sí solos.
Deja un jardín desatendido y no te producirá ningún fruto; pero labra la tierra, haz el trabajo de un fiel jornalero, y la tierra te dará buenos frutos a su debido tiempo. De la misma manera, es la familia.
Este es un llamado a los padres, no a las madres.
Cabezas de casa: vuestro trabajo no termina cuando llegan a casa por la tarde después de un largo día de labor; sólo entonces comienza la verdadera tarea paterna.
Pasa tiempo con tu esposa y tus hijos sin distracciones como la tele y los dispositivos electrónicos.
Siéntate con ellos, lee con ellos, instrúyelos y catequízalos en esas verdades atemporales que la cultura enferma tanto se esfuerza en erradicar.
¡Cumple con tu deber de maestro de tu posteridad! Si no lo haces tú, lo harán otros, que no aman como lo haces, sino que tienen intereses, como lobos rapaces para aprovecharse de tu grey.
Enseñad a vuestros hijos a tener dominio propio y ser varoniles.
Enseñad a vuestras hijas a ser sabias y abrazar su feminidad.
Enseña a tu esposa con hechos, que tu prioridad en la vida, es el hogar que han construido juntos.
Sigue así, día tras día, semana tras semana, año tras año. Y a su debido tiempo, cosecharás gloria, honor y dignidad.
Tu esposa será tu corona y tus hijos serán tu fortaleza en la vejez. Y cuando mueras, volarás con una sonrisa al cielo al ver el fruto de todo tu trabajo.
Padres: ¡cultivad la tierra!