Imelda Miller, otra de las víctimas musicales de Raúl Velasco
Lunes 3 de abril de 2023
El Gran Premio de la Canción Iberoamericana, más conocido como el Festival de la OTI, fue el espacio en del que surgieron muchas figuras que hoy día son artistas de reconocido prestigio internacional: Gualberto Castro, Denise de Kalafe, Eugenia León, Marcos Llunas, fueron algunos de los ganadores. También figuraron estrellas como Emmanuel, Yoshio, Napoleón, José José, Marisol, Camilo Sesto, Ricardo Arjona, Paul Anka, Imelda Miller y decenas más.
El objetivo inicial del Festival de la OTI era generar un proceso de unidad iberoamericana a través del intercambio de expresiones culturales, especialmente las musicales, y de reconocer a los compositores con canciones originales. Así lo dictaban las reglas y a eso se apegaban los concursantes, pero cuando la cantante y actriz Imelda Miller se enteró de un compatriota que estaba infringiendo el reglamento, buscó a Raúl Velasco para hacérselo saber. Desafortunadamente no recibió su apoyo y se enfrentó al lado más temible del poderoso conductor.
Imelda Miller, «la cantante de México», es reconocida por su excelente voz. Orgullo de Yucatán, tierra de trovadores y talentos musicales, el canto y la composición, forma parte de un linaje artístico entre los que se encuentran Armando Manzanero, Aleks Syntek, Sergio Esquivel, por mencionar algunos.
Una tía la descubrió y la recomendó con el conjunto femenil Copacabana con el que comenzó su carrera. La primera vez que la llamaron al Teatro Blanquita se presentó con el tema ‘Granada’ con el que además triunfó, gracias a los arreglos del maestro Miguel Pous. Entonces comenzaron sus éxitos ‘Una noche no’, ‘Corazón vagabundo’, ‘Voy a rifar mi corazón’, , entre otros más que la proyectaron a diferentes escenarios en el país, recuerda el columnista Jesús Butrón.
En su etapa como actriz, Miller trabajó en melodramas como Lo imperdonable y Yo no creo en los hombres, además intervino en las cintas Los buenos vecinos de Yucatán, La casa prohibida y Neutrón contra los asesinos del karate.
Pero sin duda, fue la OTI donde muchos quedaron cautivados con su talento musical, no solo en México, sino en toda Iberoamérica. Aunque solo ganó una vez, cada vez que se presentaba siempre fue una de las favoritas. ¿Qué ocurrió? Ella señala a una sola persona: Raúl Velasco.
Velasco fue uno de los conductores más famosos de la televisión mexicana con su programa Siempre en domingo. A él se le deben otros espectáculos como Festival Acapulco, Juguemos a cantar y, por supuesto, el Festival de la OTI.
Durante años —antes y después de morir—, las historias sobre cómo truncó carreras, menospreció y humilló a artistas han sido conocidas. Miller se cuenta entre ellas.
«Raúl siempre me hizo muchas cosas. En sus festivales me mandaba hasta el último, no al salir, sino en las votaciones, ¿cómo lo hacía?, yo creo que ahí metía las manos», dijo la cantante para el programa El minuto que cambió mi destino.
Para llegar al programa internacional, primero debían obtener el pase en la fase nacional. Según el relato de la cantante, Felipe Gil (hoy Felicia Garza) habría violado una de las reglas del concurso local que eran que todas las canciones debían ser originales, sin haberse interpretado ni radiodifundido ni televisado ni editado previo al certamen, y la suya había sido programada doce veces en la estación XEW. «Fui, conseguí las pruebas. Él (Raúl Velasco) sabía que la canción estaba cantada y editada, estaba oyéndola y decía ‘no es'».
Este episodio presuntamente habría provocado la molestia del conductor para ponerle el pie cada vez que podía, «el primer festival que hizo en Ciudad de México en 1970 (fase nacional el Festival Internacional de la Canción, antecedente de la OTI) canté ‘En mí’ y ‘Tierra de mi tierra’, eran dos canciononones, con arreglotes maravillosos de Eduardo Magallanes y Mario Molina Montes, Jorge Ortega; eran grandes compositores y le dio el premio a Paco Chanona, él ganó el primer lugar con un bolero-mambo (‘Te regalo mis sueños’)».
Pero en 1973, Miller logró ser la representante de México en el concurso con ‘Qué alegre va María’ de Esquivel y obtiene el primer lugar en Belo Horizonte, Brasil. Después de esto, el primer lugar estuvo lejos.
«Nunca me dejó ganar», dijo la artista, aún cuando presentó trabajos geniales, según su critero. «Metí una canción muy hermosa mía, composición mía de letra y música, ‘La casa extrañará’, un poema rimado; me dio el séptimo lugar, séptimo lugar, séptimo lugar, ‘el cabalístico siete’, me dijeron».
Otro de los programas que ideó Velasco fue el Festival de Música Ranchera dentro de Siempre en domingo. Miller también participó y nuevamente llegó la desilusión. «La mía era una canción bien fina bien bonita bien rimada, de letra y de música y de arreglo musical, me dejó en segundo lugar. María de Lourdes la dejó en tercer lugar, llevaba un cancionononón, ‘Atrás del sol'».
Me dejó ocupar el segundo lugar con una canción mía también, ‘Jilguero canta jilguero’ que apuntaba para el primer lugar; se lo dio a una canción de borrachos (‘Un cancionero lloró’), esas eran las canciones que para él eran brillantes.Imelda Miller
«¿Sabes el daño que te hace una gente así?, aparte de eso, se dedicó a enfriarme. Me dio los programas que tenía y no me volvió a llamar», lamentó.
Aunque la relación con Velasco no terminó de la mejor manera, Imelda no pareció dejarse intimidar: está cerca de los seis décadas de carrera y formó parte de los festejos por el 50 aniversario de la festival de la OTI en noviembre de 2022.