Religión

La protección de la Medalla de San Benito

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Sábado 4 de marzo de 2023

No hay una forma específica de llevar o usar la medalla de San Benito, aunque es recomendable llevarla siempre consigo.

Se puede usar en una cadena alrededor del cuello, unida a un rosario, guardada en un bolsillo o bolso, colocada en un automóvil o en casa.

Algunos fieles suelen poner también la medalla en los cimientos de sus casas y edificios, en las paredes de graneros y cobertizos, o en su lugar de trabajo.

El propósito de usar la medalla es invocar la bendición y protección de San Benito, dondequiera que estemos, y sobre nuestras familias y propiedades.

Usar la medalla de forma devota y con coherencia cristiana, fieles a la práctica de los mandamientos, es, por así decirlo, una perenne oración silenciosa de gran valor a los ojos del Padre que ve lo oculto.

La Santa Iglesia ha dispuesto para la Medalla de San Benito un rito de bendición especial en el cual se confieren especiales atributos a fin de auxiliar a los fieles en su lucha contra el poder de las tinieblas.

La medalla es una imprecación contra Satanás, una oración exorcística en tiempos de tentación, infestación o vejación diabólicas, una oración para que la Cruz de Cristo sea nuestra luz y guía, una oración de firme execración y rechazo a todo lo que es malo, una oración para que podamos, con valentía cristiana, “caminar por los caminos de Dios, con el Evangelio como guía”, como exhorta san Benito en el prólogo de su Regla.

Un poco de Historia

En la Vida de San Benito Abad (nacido en Nursia, Italia, en 480 y fallecido en Montecasino el 21 de marzo de 547), escrita por su discípulo el Papa San Gregorio Magno (540-604) consta el poder exorcístico y milagroso de la bendición del gran patriarca de occidente y fundador de la orden contemplativa de los Benedictinos.

En cierta ocasión, nos cuenta San Gregorio, unos monjes rebeldes y odiosos ofrecieron a San Benito una copa de vino envenenado. Éste, iluminado por el Espíritu Santo, percibió tratarse de una trama para darle muerte y, con solemnidad, trazó sobre la copa la señal de la cruz. En consecuencia, la copa se rajó en mil pedazos y la perversa intención de aquellos monjes asesinos se vio frustrada.

Esta especial devoción a la santa cruz de San Benito se transmitió a las sucesivas generaciones de monjes benedictinos, dando origen a la creación de medallas que representaban a San Benito con una cruz en la mano derecha y el libro de su regla para los monasterios en la izquierda.

Por lo tanto, la cruz siempre ha estado estrechamente asociada con la Medalla de San Benito, a la que a menudo se hace referencia como la “Medalla-Cruz” de San Benito.

No se sabe cuándo se acuñó la primera medalla de San Benito. Lo más probable es que la medalla haya ido siendo enriquecida en su simbolismo con el pasar de los años y los siglos.

Por ejemplo, en determinado momento fueron colocadas una serie de letras mayúsculas alrededor de la gran figura de la cruz en el reverso.

Entretanto, poco a poco se fue perdiendo conocimiento sobre el significado de tales letras, hasta que en 1647 se encontró un manuscrito  del 1415 en la abadía de Metten en Baviera, que explicaba su sentido: son las letras iniciales de una oración latina de exorcismo contra Satanás.

Descripción de la Medalla

En la cara de la medalla está la imagen de San Benito. En su mano derecha sostiene la cruz, el símbolo cristiano de la salvación. La cruz nos recuerda los milagros del Santo obrados por la señal de la Cruz y el trabajo celoso de benedictinos en la evangelización y civilización de Europa, especialmente desde el siglo VI al X.

En la mano izquierda de San Benito está su Regla para los Monasterios que se podría resumir la máxima “no anteponer nada al amor de Cristo”.

Abajo, en el pedestal, a la derecha de San Benito está la copa envenenada, rota cuando trazó la señal de la cruz. En el pedestal de la izquierda hay un cuervo a punto de llevarse una hogaza de pan envenenado enviado a San Benito por un sacerdote envidioso.

Sobre la copa y el cuervo están las palabras en latín: Crux S. Patris Benedicti (La Cruz de nuestro Santo Padre Benito).

En el borde interno de la medalla, que rodea la figura de Benito, se encuentran las palabras en latín: Eius in obitu nostra praesentia muniamur! (¡Que seamos fortalecidos por su presencia en la hora de nuestra muerte!).

Los benedictinos siempre han considerado a su santo Fundador un patrón eficaz para tener una muerte santa. Él mismo murió en la capilla de Montecassino de pie, con los brazos levantados al cielo, sostenido por los hermanos del monasterio, poco después de recibir la Sagrada Comunión.

En el reverso de la medalla, la cruz domina. En los brazos de la cruz están las letras iniciales de una oración en latín: Crux sacra sit mihi lux! Nunquam draco sit mihi dux! (¡Que la santa cruz sea mi luz! ¡Que el dragón nunca sea mi guía!).

Alrededor del margen del reverso de la medalla, las letras VRSNSMV – SMQLIVB son las iniciales, como se dijo antes, de una oración latina de exorcismo contra Satanás: Vade retro Satana! Nunquam suade mihi vana! Sunt mala quae libas. Ipse venena bibas! (¡Retírate Satanás! ¡Nunca me tientes con tus vanidades! Lo que me ofreces es maldad. ¡Bebe tú mismo tu veneno!).

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