Miles protestan contra eliminación de fiesta religiosa en Dinamarca
Jueves 16 de febrero de 2023
50.000 personas se echaron a la calle en Dinamarca para protestar por la posible eliminación de una fiesta cristiana de 300 años de antigüedad.
El Gobierno quiere quitarnos un día sagrado que tenemos desde hace más de 300 años, dijeron los manifestantes.
Decenas de miles de daneses inundaron las calles de Copenhague a principios de este mes para protestar por la posible eliminación del Gran Día de Oración de Dinamarca, de más de 300 años de antigüedad, que se celebra el cuarto viernes después de Pascua desde 1686.
Los dirigentes del país están considerando la posibilidad de eliminar la festividad en un intento de obtener más fondos para financiar la guerra en Ucrania, según informó Reuters.
Los ciudadanos han expresado su fuerte desaprobación a la idea, llenando las calles el domingo 5 de febrero en lo que podría ser la mayor protesta pública que el poco poblado país escandinavo ha visto en una década.
Los sindicatos que organizaron la protesta calcularon que el acto congregó a 50.000 asistentes.
La protesta pública se produjo después de que el mayor sindicato del país lanzara el mes pasado una petición para mantener la fiesta. La petición superó las 400.000 firmas.
Según Reuters, la propuesta de eliminar la festividad de tres siglos de antigüedad surgió por primera vez en diciembre, cuando el «recién formado gobierno» encabezado por la Primera Ministra Mette Frederiksen, de 44 años, buscaba formas de «aumentar los ingresos fiscales para incrementar el gasto en defensa tras la guerra de Ucrania».
«Nuestro gobierno quiere quitarnos nuestra fiesta nacional, que llamamos el Gran Día de la Oración, y no vamos a aceptarlo», dijo la trabajadora social danesa Susanne Both en un reportaje de vídeo de la manifestación del 5 de febrero.
Otro participante en la protesta, Cora Andrew Arthe, declaró a Reuters que «el gobierno quiere quitarnos un día sagrado que tenemos desde hace más de 300 años».
El Gran Día de Oración, o Store Bededag en danés, fue introducido en 1686 por el obispo Hans Bagger de Roskilde.
Establecido inicialmente como día penitencial, «se prohibía todo tipo de trabajo y comercio», según la Iglesia Luterana de Dinamarca, que también señalaba que los daneses «debían ayunar hasta que terminaran los oficios religiosos y abstenerse de viajar, jugar y apostar, así como de otras clases de ‘vanidad mundana'».
Hoy, sin embargo, «muchos daneses tienden a tratar la festividad como un día libre más», observa The New York Times.
Aunque Dinamarca no es un país muy religioso hoy en día (menos del 20% de los 4,3 millones de luteranos evangélicos se declaran «muy religiosos»), la decisión de suprimir la fiesta ha provocado reacciones en contra no sólo de la Iglesia Evangélica Luterana, sino también de nueve partidos políticos de la oposición, sindicatos y uno de cada 19 ciudadanos daneses, señala Euronews.
«Puede que no seamos tan religiosos, pero somos un pueblo muy tradicional», dijo a Euronews Lizette Risgaard, presidenta de la Confederación Danesa de Sindicatos FH.
«Tengo la esperanza de que el Gobierno entre en razón y se dé cuenta de que interfiriendo en el trabajo y castigando a los trabajadores no es como construimos una Dinamarca mejor», dijo.