Religión

Separarse de la Tradición, es separarse de la Iglesia

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Sábado 11 de febrero de 2023

Ellos tienen los templos, nosotros tenemos la fe.- San Atanasio

Pbro. Rodrigo Santos Sánchez:

Servir a Dios consagrándose, es el más alto honor y privilegio que se nos puede conceder a los humanos.

En los tiempos que corren, a muchos resulta inaudito, que un hombre joven, vigoroso e inteligente, pueda optar por el camino de la ascesis, para dar gloria a Dios.

Pocos sin duda son los llamados, menos aún, los elegidos.

En una familia en la que la fe la traemos de vientre, no resulta empero, en absoluto inusitada la voluntad de tomar los hábitos.

Uno de mis familiares cercanos, Rafael Jesús, nos hizo saber su determinación de entrar al seminario y ordenarse sacerdote ad maiorem Dei gloriam.

Rafael o Rachito, como le llamamos en casa, es un chico formado en la sana doctrina y que conoce la fe. Es consciente del tesoro que la tradición y la misa de siempre revisten para el mundo católico. Asi que puso manos a la obra.

Pero la primera vez, debió posponer sus deseos por el fallecimiento de su padre y dada su condición de primogénito, cumplir con su deber de consolar y sostener en todo sentido a su madre y hermanos.

Pasado un tiempo, madura ya su vocación, volvió a dar cauce a su empeño. Aparentemente todo marchaba sobre ruedas. Rafa salía los domingos, pasaba a casa por su auto, iba a visitar a su mamá y retornaba al anochecer a la disciplina del seminario.

Pero de pronto, todo cambió: un buen día (mejor dicho un mal día) nos hizo saber que abandonaba el Seminario, que vio y oyó cosas con las que no estaba de acuerdo y en mérito de ello, optó por salir.

Mentiría si dijera que no acusamos el impacto. Fue un duro golpe, pero finalmente, no era el primero, ni sería el último que no pudiera proseguir su formación (amén que al menos yo, había considerado la posibilidad de algo semejante, por el matiz tradicionalista de Rafael).

Empero, no consideramos que lo sucedido ameritara que debiera ser exhibido y puesto en la picota públicamente.

Su comunicado padre Santos, carece de caridad, adolece de una evidente falta de espíritu cristiano. No nos explicamos la razón de hacerlo, no había necesidad. Rafa no cometió crimen alguno, merecedor de sanción semejante.

Si usted fuera seglar, lo llenaría de epítetos y le invitaría a responder por sus palabras. Pero como no lo es (pertenece al estado eclesiástico), dejo a Dios la tarea de reivindicar al miembro de mi grey (mía es la venganza, dice el Señor).

No omito manifestar que siendo una realidad que Rafael tiene auténtica y verdadera vocación religiosa, no abandonará la senda del servicio a Dios, continuará sus estudios en un seminario católico tradicionalista. Dios lo ha elegido y mi primo es consciente del llamado, que no ignorará.

Nuestro Señor, en su infinita sabiduría, es capaz padre Santos, de hacer que el bien reluzca, aun en medio de la mayor iniquidad, como es en este caso.

No podemos dejar de agradecerle su decisiva intervención, para contribuir a definir el destino de quien será a no dudar, un sacerdote que sabrá honrar su ministerio, para mayor gloria de Dios.

Hago votos para que usted reflexione en lo que hizo. No olvidemos que a los religiosos, Dios les exige más.

Que el Señor se apiade y le perdone. Él será quien le ha de juzgar. Bien dijo San Juan Bosco que para hacer el bien, hay que tener el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades.

Dios, Patria y Libertad

Guillermo de Jesús Barrera Fernández

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