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La tragedia de Lucio Dupuy descubre el verdadero rostro del feminismo

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Martes 7 de febrero de 2023

– A la izquierda, Magdalena Espósito Valenti, feliz madre de un hermoso niño, llamado Lucio Dupuy. Con la foto, que sube a su cuenta de Facebook el 15 de 2017, escribe: «vamos mi cariño ya no llores mas, por vos yo bajaría el sol o me hundiría en el mar».

– A la derecha, casi 4 años después, la misma madre, con una pérdida de peso característico del consumo de drogas, un corte menos femenino, actualiza su foto de perfil de facebook con el emblemático marco feminista: «nací para ser libre, no asesinada».

¿La trágica ironía?

Este 2 de febrero, la madre de Lucio, junto con su pareja lesbiana, Abigail Páez, fueron declaradas culpables de matar al pequeño niño de tan solo 5 años de edad, por un tribunal de justicia argentino.

La jueza Alejandra Ongaro quien leyó la sentencia, dijo de la madre: «Magdalena Espósito Valenti es autora material y penalmente responsable del delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento».

Y en cuánto a su pareja, leyó: «Abigaíl Paéz … autora material y penalmente responsable del delito de homicidio, doblemente calificado por alevosía y ensañamiento, en concurso real por el delito de abuso sexual con acceso carnal por vía anal ejecutado con un objeto fálico agravado por tratarse de la portadora y por tratarse de un menor de 18 años de edad y aprovechando la situación de conciencia preexistente como delito continuado».

En pocas palabras: ese hermoso niño, al menos durante algún tiempo antes de su brutal muerte por mano de su madre, también sufría abuso gravoso sexual por parte de la amante de su madre.

Ambas mujeres, se identifican como feministas, aunque parece que fue Paéz quien radicalizó a Magdalena aún más. Se conocieron en 2018 y comenzaron a vivir juntas en 2020.

En su cuenta de twitter, Paéz con mayúsculas escribió:

– «No tengan hijos si realmente no lo desean o no lo planean como una gran meta o como lo más importante en sus vidas!! No traigan pibes al mundo para sufrir la concha de su **** madre».

Eso lo tuiteó el 15 de octubre; un mes después, el 26 de noviembre del año pasado, mataron a golpes al niño de 5 años.

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Ahora, antes de que digan, «¡Esto no tiene nada que ver con el feminismo! ¡Deja de confundir el asunto! ¡El feminismo protege a los inocentes!», permítanme citarles algunas citas reales de autoras feministas muy respetadas y teóricas del movimiento.

– Sally Miller Gearhart, querida líder y profesora feminista lesbiana, abogó por la reducción de los hombres al 10% de la población a través de nuevas tecnologías reproductivas. Las mujeres deben tener, dijo, la «responsabilidad de la especie» para controlar «el tamaño y el carácter adecuados de la raza humana».

– «Siento que el odio a los hombres es un acto político honorable y viable». Robin Morgan, otra querida feminista lesbina. Su antología de 1970 Sisterhood Is Powerful fue citada por la Biblioteca Pública de Nueva York como uno de los 100 libros más influyentes del siglo XX.

– «La familia nuclear debe ser destruida… Cualquiera que sea su significado último, la ruptura de las familias es ahora un proceso objetivamente revolucionario». Linda Gordon.

– «Quiero ver a un hombre golpeado hasta convertirlo en una pulpa sangrienta con un tacón alto metido en su boca, como una manzana en la boca de un cerdo». Andrea Dworkin.

– «Los hombres son animales y como tales tienen derecho a un trato humano. Probablemente el único lugar donde un hombre puede sentirse realmente seguro es en una prisión de máxima seguridad». Germaine Greer. En su libro The Beautiful Boy (2003), defiende el derecho de toda mujer a satisfacerse visualmente contemplando a los niños pubescentes (una forma suave de pedofilia, y libro que Amazon aún distribuye y vende).

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Podríamos seguir, y seguir, con párrafos aún más completos de escritoras feministas llamando abiertamente a la violencia contra los hombres, demonizando el matrimonio, reduciendo la maternidad a una gran inconveniencia biológica y victimizando a las mujeres hasta el punto de que «no pueden hacer nada malo».

El feminismo amigos, es veneno. Envenena la mente (entorpece la habilidad para pensar críticamente), envenena el alma (corrompe buenos modales) y cuando se extiende en la cultura vía la política, envenena toda una sociedad y ya vemos sus terribles síntomas, como en este terrible caso.

Y por mucho que diga que odia el «patriarcado», lo que el feminismo realmente odia en el fondo es una cosa por encima de todo: la feminidad. Odia la mujer en su verdadera y natural esencia, odia la belleza de la maternidad, la delicadeza del sexo femenino. Por eso intenta tanto como puede masculinizar a las mujeres y afeminar a los hombres, una inversión de los roles.

Cuidado con el veneno!!

Dios, Patria y Libertad

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