Insensibilidad y soberbia del gobierno del estado ante la pandemia, nos llevan a las peores sospechas
La pandemia ha traído consecuencias molestas para todos, cambios en el estilo de vida y para muchos, pérdidas irreparables.
Pero lo que no podemos soslayar es que los diferentes niveles de gobierno, federal y estatal, han actuado mal.
Ya no caben las lamentaciones, ya se ha hecho o se dejó de hacer y ante eso, no hay remedio. Pero lo que si es posible, es modificar lo que se ha determinado al día de hoy.
Y aquí el gobierno del estado ha hecho verdaderos disparates. Por ejemplo, implantar un virtual toque de queda, que a nadie beneficia y si perjudica gravemente a los trabajadores con horario nocturno.
Lo mismo podemos decir de la imposición de un horario para poder comprar ciertos artículos, situación completamente desquiciada y que constituye una mentada de madre al pueblo yucateco (misma que por supuesto, sabremos devolver cumplidamente a la hora de votar la revocación del mandato).
Las redes sociales se han llenado de airados reclamos al gobierno del estado y al gobernador, que ha hecho caso omiso, mostrando nuevamente el desprecio que siente por los yucatecos.
Pero lo que resulta peor de todo esto, es que la insensibilidad y los oídos sordos al clamor popular, nos llevan a pensar que las restricciones de tránsito y la reducción de horarios no tienen el propósito de preservar la salud de los yucatecos, sino que tienen otras finalidades, que resultan francamente inconfesables.
Y es que muchos de los allegados y funcionarios de Mauricio Vila no son precisamente unas blancas palomas y por eso mismo, nos preguntamos cuál es la verdadera razón para impedir que haya gente en las calles a cierta hora. Nos preguntamos que es lo que el gobierno del estado no quiere que veamos que se hace.
Y es que la administración estatal que encabeza Mauricio Vila a estas alturas del partido, parece más preocupada por allegarse a toda costa recursos clausurando, militando y persiguiendo, que por preservar la salud y las vidas de los yucatecos.
Las medidas vigentes, son verdaderamente arbitrarias, absurdas y contrarias a todo buen sentido. Denotan soberbia y desprecio hacia la población y por lo mismo, nos obligan a denunciar y a protestar, para dar voz a nuestra gente, que no encuentra en sus representantes populares a nadie con las agallas necesarias para hacerlo.
Mauricio Vila y su gobierno en vez de apelar a lo mejor de los yucatecos, a la responsabilidad, a la conciencia, a la solidaridad, nos encierra, amenaza, limita y reprime. No olvidemos esto a la hora de votar estas próximas elecciones. Ni un solo voto a los allegados a este gobierno insensible y represor. Ni un solo voto a los proyectos personales de quien antes de tocarse el corazón por la gente, se llena las bolsas.
Seguimos pendientes…