El Grinch: ¿una tortura? Jim Carrey usó esta técnica de la CIA para soportar la filmación
Lunes 26 de diciembre de 2022
Cómo el Grinch se robó la Navidad es una de las películas decembrinas más distinguidas, pero existe un secreto tras la producción del largometraje
aCómo el Grinch se robó la Navidad, o simplemente El Grinch, es una de las películas navideñas más distinguidas y famosas que alguna vez se hayan hecho. Gran parte del éxito se debió a Jim Carrey, el legendario actor y comediante canadiense que dio vida al icónico duende verde que odiaba la Navidad.
Sin embargo, existe un secreto detrás de la producción de este largometraje, el cual involucró al mismo Carrey y que, por poco, lo hace renunciar a esta en su primer día de grabaciones.
El día que El Grinch casi desaparece
El aspecto y la identidad del ‘Grinch’ eran los ámbitos más destacados del personaje: un enorme y peludo duende de color verde y ojos amarillos —y líneas de expresión muy marcadas—; a esto se agrega una personalidad desentendida de la felicidad de los demás, pues se tiene a él mismo como su única preocupación.
Un personaje con tanto peso necesitaba ser interpretado por un actor cuya expresividad exagerada pudiese verse como algo íntegro y orgánico, por lo que, finalmente, Universal Pictures e Imagine Entertainment se decantaron por darle el papel a Jim Carrey, quien tenía una carrera en ascenso para finales del siglo XX.
Sin embargo, lo que no esperaba el actor canadiense era tener que someterse durante casi 100 días de grabaciones a utilizar un disfraz que demandaba varios kilos de maquillaje y pelo teñido de verde.
Era septiembre de 1999. El primer día de rodaje había llegado a su fin. Jim Carrey, ya consciente de lo que tenía que enfrentar gracias a todo el maquillaje que le aplicaban durante más de ocho horas diarias, y un disfraz que lo hacía sentir atado, no soportó más esta situación y decidió renunciar.
El productor Brian Grazer, luego de enterarse de esta inesperada noticia, desestimó los reclamos del actor y organizó una reunión con un amigo suyo que era ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para que lo ayudara con este embrollo, tal como contó en el programa ‘The Graham Norton show’ de la ‘BBC’ en el año 2014.
El traje del Grinch: una tortura
Para poder interpretar al Grinch adecuadamente, Jim Carrey tenía que ser de los primeros en llegar al set de rodaje en Hollywood para así someterse a un largo proceso de aplicación de capas de maquillaje y aditamentos de látex. Todo esto mientras tenía puesto un traje spandex cubierto con pelo de yak teñido de color verde.
“No podía ver. No podía respirar, ni podía rascarme. Las restricciones físicas eran increíbles. Era como tener un refrigerador atado a la espalda”, mencionó el actor en el show.
La tarde de ese día, mientras consideraba renunciar a la película, Carrey le dio una patada a la pared de su camerino dejando un enorme agujero. Se notaba que estaba desesperado.
Brian Grazer, consciente de la ardua labor de Carrey, llamó a un ex agente de la CIA para que ‘entrenara’ al actor como un agente de inteligencia, a fin de soportar todo tipo de torturas.
“Teníamos a un actor cautivo por su disfraz y torturado por su maquillaje. Tal vez un especialista de la CIA podía enseñarle a sobrevivir al maquillaje verde del Grinch de la misma manera que enseñó a los espías a sobrevivir a los interrogatorios hostiles”, dijo el productor en el programa.
El entrenamiento de Jim Carrey para El Grinch
En el fin de semana siguiente a su debut en los rodajes, Jim Carrey acudió a una de las reuniones más extrañas de su carrera. Un especialista de la CIA estaba presente en los estudios de Universal Pictures en Hollywood para enseñarle técnicas empleadas por agentes secretos para soportar torturas.
“Me dijo: ‘Come todo lo que veas y, si te desesperas y no puedes manejarlo, enciende la televisión, cambia tu rutina, haz que alguien que conozcas venga y te pegue en la cabeza, golpéate en la pierna o fuma. Fuma tanto como puedas’.
«Así que yo era un ‘Grinch’ que comía, se golpeaba y fumaba de una boquilla enorme para que el pelo falso de yak no se quemara —recordó Carrey en el programa— . Al final, literalmente podrías golpearme en la cara con un bate de béisbol y habría dicho: ‘Buenos días, qué gusto verte’”.
Fue así como el comediante pudo lidiar con las dificultades de interpretar al Grinch durante casi 100 días. Este entrenamiento no fue una solución mágica e inmediata; en realidad fue paulatino y logró que Carrey se volviera más paciente con el maquillaje y el disfraz del icónico personaje verde creado por el Dr. Seuss.