¿PORQUE USAR EL VELO EN MISA?
Miércoles 30 de noviembre de 2022
Desde hace dos años empecé a usar el velo en Misa. Ni siquiera yo me imaginaba que algún día fuera a usar uno. Hasta hace poco, muchas tradiciones católicas me eran totalmente desconocidas.
De hecho, la primera vez que vi a una mujer usando velo en Misa pensé puras cosas negativas: qué era una mujer sumisa, oprimida, que su esposo la obligaba, que era retrógrada, que era farisea, o simplemente antisocial.
Las siguientes y pocas mujeres que vi usando velo después no cambió mucho mi prejuicio.
Pero sucedió algo que me hizo cambiar de opinión.
Sigo en Facebook a Jason y Cristalina Everson. Es un matrimonio que se dedica a dar conferencias sobre teología del cuerpo para solteros y casados. Hicieron un viaje a Roma, con motivo de la canonización de Juan Pablo II y compartieron una selfie en la Basílica de San Pedro y, Cristalina traía puesta una mantilla.
Entré en crisis. Para mí, ella era una mujer ejemplar que amaba a Dios, que tenía un matrimonio feliz, alegre y muy amada por su esposo. Pensé que quizá el velo significaba algo que yo no sabía.
Pocos días después Cristalina publicó un artículo de por qué usaba velo y ese fue el inicio de mi discernimiento.
Comencé una investigación sobre la tradición de cubrirse la cabeza en Misa. Encontré mucha información y me acerqué personalmente a mujeres que practicaban esta devoción y les pregunté realmente que sentían, qué creían y que pensaban ellas de esto.
El primer motivo por el que se usa velo es que es un signo visible de amor, respeto y adoración a Jesús Eucaristía. Es un gesto solamente para Él.
Usarlo es declarar que no estoy en cualquier lugar con cualquier persona sino que ahí está Dios mismo. Es una manera de testimonio de nuestra fe eucarística pues realmente está nuestro Señor presente en el Altar o en el Sagrario.
Nos corresponde a las mujeres usarlo, porque estamos simbolizando a la Iglesia, la esposa de Cristo. El Apocalipsis llama a la Misa el banquete de bodas del Cordero.
Jesús se ofrece completo a la Iglesia con todo su amor y cuando nosotros nos acercamos a comulgar, estamos desposándonos con Él.
El velo es un signo de que pertenezco totalmente a Jesús y también representa lo que toda la Iglesia debería de hacer. Una Esposa que se entrega a su esposo.
Usar el velo, se convierte en un recordatorio de cuánto nos falta caminar como Iglesia para poder dar un testimonio verdadero de Dios ante el mundo.
El velo es un signo de la verdadera dignidad sagrada y, misterio de la Mujer. En la liturgia se utilizan velos para cubrir todo aquello que es sagrado: el Tabernáculo, los Vasos Sagrados, la Custodia.
Cubrir aquello que es sagrado simboliza como Dios es tan grande que nos desborda y no podemos entenderlo del todo.
Las mujeres utilizamos velo, por la dignidad que poseemos como portadoras de vida. Somos reflejo de María, Arca de la Alianza, primer Sagrario.
Usar velo es aceptar nuestra misión de proteger la vida humana y la vida de la Iglesia. Además y modestia aparte, las mujeres somos consideradas el culmen de la creación.
Las mujeres somos consideradas bellas de modo que cuando estamos en Misa con la cabeza cubierta es como si le estuviéramos diciendo a los demás ‘no me mires a mí, míralo a Él, Él es la verdadera belleza de este lugar y cualquier cosa que puedas ver tú en mí que sea buena, proviene de Él’.
Al aprender todo esto, me convencí que realmente era bueno ir con velo a Misa sin embargo, me tardé tres meses en usarlo. Tenía miedo en que fueran a pensar de mí, lo que yo alguna vez pensé de ellas.
Tenía miedo de llamar la atención y tenía miedo de que pensaran que lo estaba haciendo por sentirme mejor que las demás. Pero encontré consuelo y mucha motivación al platicar con muchas mujeres que también usaban velo sobre todo quiero mencionar a Lily Beck Wilson, fundadora de “Veils by Lily” empresa que fabrica mantillas.
Finalmente decidí que ser católica es ir contracorriente, es esencialmente hacer lo bueno y buscar la verdad sin importar lo que opinen las demás. Pues vivo en una época y en un lugar donde me toca abrir el camino, o redescubrirlo a pesar de que me vea rara.
Hay una parábola muy breve que dice que un escriba instruido en el Reino de los Cielos, es como un padre de familia que saca de su baúl tesoros nuevos y tesoros antiguos.
Después de conocer la fuerza del significado del velo no podía más que sacar este tesoro antiguo del baúl de la Iglesia, adaptarlo y abrazarlo como una nueva y hermosa forma de manifestar mi adoración.
Estoy muy sorprendida por todo lo que he descubierto y vamos a hacer una aclaración:
El amor que Dios tiene por mí, y el valor de su salvación no aumentan por el hecho de que use un velo, pero lo que si cambia es el testimonio que doy y la valentía que adquiero para demostrarle a Él cuánto lo amo en todo momento.
Me motiva a comportarme con respeto en Misa y a buscar que las celebraciones litúrgicas sean dignas también me ayuda a recordar cuánto valgo para Dios y me ha motivado para amar más a quienes me rodean.
El velo no es un amuleto que otorga santidad automáticamente o sabiduría pero cuando está bendito puede ser un sacramental y como todo sacramental, abre las puertas para recibir gracias.