Internacional

¿Qué mensaje envían las maniobras militares de Rusia, China e India?

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Viernes 2 de septiembre de 2022

Las grandes maniobras militares envían siempre señales potentes. En el caso de las maniobras ruso-chino-indias, «Vostok 2022», un mensaje se dirige a Alemania, analiza Jörg Himmelreich.

China vuelve a tomar parte en los ejercicios militares «Vostok 2022», en el este de Rusia, como lo hiciera en 2018. Y, esta vez, participa con fuerzas de aire, mar y tierra. Eso pone de manifiesto que la cooperación militar entre China y Rusiase intensifica. En vista de la invasión rusa de Ucrania, esta es una señal de importancia para Vladimir Putin: pese a su brutal guerra, no está plenamente aislado a nivel internacional. Incluso la India participa ahora en las maniobras. Son presagios de un nuevo orden mundial que se va cristalizando lentamente.

Un interés geopolítico compartido une a las autocracias de Rusia y China: dejar atrás el actual orden mundial, marcado todavía por la preminencia de Estados Unidos. Sobre todo la República Popular China aspira, de acuerdo con los planes de Xi Jinping, a haber emergido como única superpotencia para 2049, 100 años después de su fundación. Putin, por su parte, aspira a volver a someter a los territorios del antiguo imperio zarista.

Paralelos geoestratégicos

Ambas autocracias se complementan en el desafío a Estados Unidos, sin entorpecerse mutuamente. El Ejército ruso desafía a Estados Unidos y a la OTAN en el este, sobre todo en tierra. China, en cambio, amplía su flota en el Pacífico, entre otras cosas, con su tercer portaaviones de construcción propia. Desde comienzos de siglo, China es superior a Rusia en casi todos los aspectos. La única excepción es el arsenal nuclear ruso. Rusia tiene cerca de un millón de soldados y China dos millones.

China ya genera el mayor PIB a nivel mundial. Rusia, solo una séptima parte de eso, con un peso similar al de Italia. En el plano tecnológico, China está desde hace tiempo al nivel occidental en muchos campos industriales, mientras Rusia depende principalmente de la explotación de materias primas.

China, a diferencia de la India, se propone configurar cada vez más el orden mundial de acuerdo con sus intereses de seguridad. De modo cada vez más desembozado, Xi Jinping deja de manifiesto que aspira a la anexión de Taiwán. La firmeza con que Occidente contenga la invasión rusa de Ucrania será determinante para la futura política de Pekín, que observa los acontecimientos con suma atención.

Consecuencias para Estados Unidos, Europa y Ucrania

En vista de la desigual correlación de fuerzas, Estados Unidos se concentra, desde hace tiempo, principalmente en abordar el desafío chino. Y eso tiene repercusiones hoy en la guerra de Ucrania. Dado que Estados Unidos quiere disponer de todos los recursos para el caso de que escalara el conflicto con China, solo apoya a Ucrania en la medida suficiente para que pueda resistir a Rusia. Pero sin desgastarse demasiado militarmente. Por lo demás, Estados Unidos espera de Europa, con razón, que se rearme considerablemente, para que pueda defenderse por sí misma y Washington pueda limitarse a ofrecerle su paraguas nuclear.

En este sentido, el acercamiento militar chino-ruso concierne directamente a Europa. Sobre todo a Alemania, que tiene en China su principal mercado y principal fuente de materias primas y productos semimanufacturados, y debe procurar que las empresas germanas no caigan en dependencia, movidas por un miope afán de lucro. Ese fue el dramático error que se cometió con Rusia. Actualmente, existe el peligro de que eso ocurra con el grafito de China, un material importante para las baterías. El comercio con materias primas estratégicas ya no es solo un asunto económico y no lleva a un cambio político, como se creyó erróneamente en Alemania, durante años, en relación con Rusia.

Por eso, en la política hacia China, será fundamental reducir la dependencia de las empresas alemanas de ese mercado. Eso, naturalmente, presupone que los Gobiernos alemanes no se dobleguen a los intereses empresariales de corto plazo ni al griterío de grupos de presión que advierten del peligro para Alemania como plaza económica. Justamente eso condujo a la fatal dependencia energética de Rusia.

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