Opinión

López Obrador cada vez más solo

Spread the love

Cada día que pasa son mayores las evidencias de que Andres Manuel Lopez Obrador tiene un gobierno fallido.

Día con día al presidente se le ve más solo. López Obrador ha quedado atrapado en su narrativa. Es rehén de su propio discurso de polarización que todo dificulta. De por sí los presidentes no suelen tener muchos amigos.

Pero en el caso de Andrés Manuel cada vez es peor: ha sido él mismo quien se ha evidenciado. Terminó por relegar a lo anecdótico el jetta campañero y ahora viaja solamente a bordo de las camionetotas que tanto criticaba.

Es curioso, Andrés Manuel criticó tanto a lo que llamaba la mafia del poder, a la que responsabilizó de todos los males de México, que no se da cuenta que ahora es Él quien la encabeza.

No hubo nada, ni sanciones, ni investigaciones de ninguna índole contra gente como Azcárraga, Salinas Pliego y Slim. No se trata de quisiéramos ataques contra el empresariado, solo hacemos notar que lo congruente habría sido que hubiesen al menos indagatorias contra estos u otros personajes, a los que tanto satanizó el ejecutivo.

Volviendo a sus traslados, López Obrador de manera discreta, ha ido recurriendo cada vez más al uso de aeronaves militares al efecto. No lo censuramos por recurrir a ello, solo puntualizamos que contradice su postura originalmente contraria a hacerlo.

De manera inicial, es claro que López Obrador no confiaba en los militares y por eso era reacio al uso de aeronaves militares, prefería ampararse en el uso de escudos humanos para su protección. Esa y no otra es la razón de los viajes presidenciales en aviones de línea.

Pensar que es más difícil para cualquier adversario decidir derribar una aeronave repleta de inocentes, era lo que daba al presidente cierta seguridad. El problema fue cuando empezaron las reclamaciones y las mentadas de madre, que han crecido de manera exponencial, dada la inoperancia de su administración.

Por eso Andrés Manuel cada día está más solo: ya nada más se deja ver en pequeñas fondas y puestos callejeros pertenecientes a su clientela política, no es un tema de sencillez ni austeridad. Él presidente sabe que si se deja ver en un establecimiento frecuentado por la clase media, como un Vips, un Sanborns o un Toks va a salir muy mal librado. Por eso no se para ahí ni por error.

Por eso cada vez se muestra más autoritario, situación que contradice su discurso inicial. Porque no podrá negarse que cerrar el restaurante del Fiesta Americana para que pudiera desayunar, no es muestra de prepotencia o autoritarismo.

No es casual que el presidente haya evadido el contacto con los comensales o huéspedes del Fiesta Americana y que rehuya el contacto con la prensa y la población en general, ya solo busca escenarios controlados, sabe que los mexicanos y los yucatecos en especial, no lo queremos y que no perderíamos la oportunidad de manifestarle nuestro descontento y nuestra decepción.

Por eso aquí y en cualquier otro lado, ya López Obrador solo busca sitios en los que se sienta cobijado, porque no soporta las críticas, no supera que le recriminen su ineptitud, su falta de coherencia y su carencia de resultados.

Por eso el presidente es cada día más cobarde y más renuente al contacto con el público y rehuye cada día mas el contacto con el pueblo, con ese pueblo al que de manera retórica siempre menciona en sus discursos, pero al que evade ya de manera sistemática.

Lástima, habría sido formidable que López Obrador hubiese tenido pantalones y caminara por las calles y se arriesgara a que alguien le dijera: «maare peje, nos decepcionaste, resultaste un kankalaz, no cumpliste nada de lo ofrecido, te volviste como todos, un pelaná». Habría sido formidable ver la cara de Huacho o de Mocita al traducirle.

Pero ya vendrán las elecciones y podremos decírselo en las urnas, a punta de votos. Seguro que entenderá y no necesitará quien le interprete el maya.

Seguimos pendientes…

Deja una respuesta