Religión

Javier Olivera Ravasi, un sacerdote políticamente correcto

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Convocado a platicar, de manera más que informal con el Padre Javier Olivera Ravasi, mi curiosidad se acicateó y no quise dejar pasar la oportunidad de conocerlo. A continuación, las impresiones del encuentro:

Javier Olivera Ravasi es un sacerdote argentino, que también es abogado. Se define simplemente como católico, en estos tiempos en que se agranda la brecha entre tradicionalistas y modernistas. Se pronuncia partidario de la misa Tridentina, pero no deja de ser políticamente correcto.

El Padre Olivera es como sacerdote, una de las figuras mas conocidas en los medios de comunicación. Indudablemente es un hombre bien preparado y sabe bien de lo que habla y mejor aún que terreno pisa.

Invitado por asociaciones católicas de nuestra entidad, vino a Mérida para impartir una conferencia sobre los cristeros (fue alumno de Jean Meyer), plática en donde puntualizó su postura favorable a los valores y principios de la fe católica (sin dejar de ser políticamente correcto, como corresponde a un buen abogado).

El padre Olivera es algo así como un influencer católico. Tiene un programa bastante popular entre el público que se llama Que No Te Lo Cuenten, donde pone de manifiesto sus opiniones en relación a temas de toda índole, desde el punto de vista doctrinal, sin romper lanzas con la jerarquía, a la que respeta como corresponde a su voto de obediencia y a la que justiprecia, merced a su conocimiento del entramado canónico (como buen abogado).

Lo pensé con el arrojo de Don Alessandro Minutella, lo supuse con el celo de Monseñor Marcel Lefebvre, pero el Padre Olivera carece de ambos. Empero, supongo que el frío cálculo del abogado, se impone y prevalece, sobre el ímpetu del cruzado o a la devoción del mártir; e intenta hacer cuanto supone accesible a su lugar y papel.

Me da la impresión, que el Padre Olivera quisiera, como muchos, hablar con toda la claridad que es menester en los tiempos que corren, en relación a muchas materias. Empero, todos saben que ahora, si dicen las cosas tal cual son o deberían ser, en cinco minutos te cortan la cabeza y sacan de circulación.

Por eso, sacerdotes cómo el Padre Olivera, cuidan y miden cada una de sus palabras, pues mientras tengan libertad de hablar, pueden hacer el bien, cosa que ya no podrían hacer, si los callan por cuestiones disciplinarias. Es una situación muy difícil y muy dolorosa y más en estos tiempos en que la misericordia está de moda.

Hago votos porque el Espíritu Santo ilumine al Padre Olivera Ravasi y lo guíe en su ardua y compleja labor pastoral, que exigirá ingentes esfuerzos merced a cuanto se avizora en el horizonte de la Iglesia Católica.

Seguimos pendientes…

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