Ramírez Marín, el único que sacó la cara por los médicos mexicanos
Contra lo que pudiera suponerse, en cuanto a que de manera generalizada los médicos, colegios de profesionales, partidos políticos, diputados, senadores, gobernadores y organizaciones no gubernamentales alzaran la voz para protestar por la insensata propuesta de López Obrador de importar médicos cubanos, todo mundo calló de manera vergonzante.
En efecto, todo mundo (en cuanto a personajes y organizaciones que debieran gritar a voz en cuello) guardó silencio. Fue solamente una voz viril, la que se elevó vibrante y plena de convicción: la del senador priista, orgullosamente yucateco, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Fue Ramírez Marín quien defendió a los médicos mexicanos, quien recordó su solidaridad, su generosidad, su empatía, fue quien refrescó la desmemoria oficial, quien le enmendó la plana al autócrata que desgobierna México con sus ocurrencias, recordándole el número de óbitos acaecidos por falta de equipo, por no contar con los elementos necesarios y suficientes para cumplir con su misión.
Nadie más lo hizo. Ni Julien Rementería, ni Kenia López, ni Xóchitl Gálvez. Las dos senadoras panistas mencionadas con anterioridad, se limitaron a señalarlo en su programa transmitido vía streaming. El único que lo hizo en tribuna, para debida constancia en el Diario de los Debates, fue el senador tricolor.
Fue Ramírez Marín de igual modo, quien alzó la voz para llamar la atención en relación a los peligros que corren los usuarios de las diversas líneas aéreas, que se ven forzados a utilizar las instalaciones del aeromuerto Felipe Ángeles, que no cuenta con las condiciones idóneas para funcionar, abriendo la posibilidad de que suceda una tragedia de magnitudes inimaginables, que nadie desea que acontezca, con excepción del demente de Macuspana.
Nadie más que el Senador Ramírez Marín, ha trabajado tratando de levantar al priismo, tanto a nivel nacional como local. Ha dado el ejemplo, marchando al frente y pagando la cuota de sangre que es menester.
Y como todo aquel ser que brilla, siempre suscita envidias, por eso los enanos, los mediocres intentan hacer causa común contra el legislador yucateco.
Pero para disgusto de sus malquerientes, Ramírez Marín brilla y llena de orgullo a los yucatecos, cuando señala, cuando propone, cuando dialoga, cuando construye acuerdos. Sus malquerientes están destinados al fracaso.
Para nuestra entidad y para sus habitantes, es un orgullo contar con un representante de la calidad y el nivel de Jorge Carlos Ramírez Marín, que ha mostrado su fino olfato político, su sensibilidad social y su valor, poniendo en el escaparate público los temas de mayor relevancia local y nacional.
Hacemos votos para que los priistas mexicanos, yucatecos y para que el electorado, sepan aquilatar y justipreciar la valía de Jorge Carlos Ramírez Marín. La Patria necesita muchos hijos como él.
Seguimos pendientes…