Oro para Yucatán en el Torneo Nacional de Judo Profesor Tomoyoshi Yamaguchi
El judoka, oriundo de Mérida,Yucatán, José Jassiel Espinosa, obtuvo el día de ayer, la presea de oro, al ganar la final en la categoría Cadetes -73 kgs del torneo Tomoyoshi Yamaguchi, celebrado en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa.
Esta medalla significa mucho en la carrera deportiva del atleta, pues este torneo es avalado por la Federación Mexicana de Judo; y este resultado posiciona al yucateco como primer sembrado de México rumbo a los Panamericanos de la disciplina, en las categorías Cadetes y Junior.
En una final anunciada desde que se arrojaron las líneas y llaves de combates, se intuía que el judoka de Jalisco se encontraría con el judoka de Yucatán en la final y así fue como el tatami en Mazatlán, fue testigo de un combate lleno de honor y limpieza de principio a fin.
Por parte de Jalisco, contendió el judoka Ricardo Guerra y por Yucatán, José Jassiel Espinosa. Hubo muchos ataques y contraataques de ambos.Todo el auditorio estaba pendiente de este combate, flotando en el ambiente mucho silencio, por la expectativa que el encuentro desataba y que los judokas de todo México seguían con detenimiento, pendientes de cada técnica realizada en el tatami.
La couch estrella,Valeria Espinosa daba sus instrucciones y se miraba sufriendo en carne propia cada intento del abanderado de Jalisco de obtener el Ipon, brincando de emoción en cada ataque de su hermano. En repetidas ocasiones, al casi marcar Ipon por parte del yucateco, el auditorio se emocionaba.
Cabe mencionar que el cariño por los judokas Valeria y Jassiel Espinosa es muy grande entre sus homólogos de México, pues los hermanos han sabido darse a querer a base de carisma y sencillez.
El competidor de Jalisco contraatacaba y respondía cada ataque del yucateco y esto era muy peligroso para el penínsular, pues una máxima del judo prescribe: con la misma fuerza de tu ataque, podré vencerte.
El yucateco y el jalisciense ya muy agotados, estaban dejando todo el corazón y fuerzas en el combate. En varios momentos, parecía que el yucateco perdía y de pronto el jalisciense casi ganaba. Sin embargo, con la técnica y elasticidad de un felino, evadía cada uno el Ipon (el punto ganador).
De pronto, en un ataque del jalisciense, el yucateco cae al tatami y toma mucho aire y se levanta lentamente, mostrando el cansancio del combate. Empero, recupera su ritmo e insiste en su técnica Huchi Mata.
En un descuido del atleta de Jalisco, el yucateco aplica un IPON Couchi y gana el combate. Por instantes festeja y se levanta el yucateco. Sin embargo, al ver en el tatami a Ricardo Guerra, se aproxima, lo ayuda a levantarse y le da un fuerte abrazo de hermano judoka, ya que en efecto el yucateco ganó, sin embargo, la fortaleza de Ricardo Guerra hace muy honorable esta victoria.
En muestra de este respeto y honor a Ricardo Guerra, el yucateco le rindió honor, al ayudarlo a levantarse y abrazarlo, situación que pone de manifiesto el alto sentido de deportivismo de los participantes.
Cabe destacar que los hermanos Espinosa, Valeria y José Jassiel, se ayudaron entre ellos. Se apoyaron coucheándose uno al otro, a falta de un representante de las instancias a las que correspondía acompañarles.
En comparación con estados potencia en el deporte, que llevaron cuatro entrenadores, fisioterapeutas, nutriólogos, metodólogos, jefe de delegación, en pocas palabras, lo normal en una competencia de este nivel, ya que este torneo es el más importante de la Federación Mexicana de Judo, los yucatecos sólo se tenían uno al otro; y a pesar de sus limitaciones, supieron hacer prevalecer su calidad.
A pesar del inexplicable abandono de las autoridades en materia deportiva, los hermanos Espinosa nos traen medallas a Yucatán, demostrando con hechos, que cuando se quiere, se puede, situación que comprueba a cabalidad la medalla de plata que obtuvo Valeria y la de oro que logró José Jassiel. Tome nota quien deba.
Seguimos pendientes…