Campaña de Hillary Clinton pagó para espiar a Trump y vincularlo con Rusia
El fiscal especial John Durham presentó un informe en el que revela el espionaje del que fue objeto Donald Trump, incluso durante la presidencia, tanto en la Torre Trump de Nueva York como en la Casa Blanca. El exmandatario republicano exigió reparaciones y aseguró que se trata de un escándalo mayor al del Watergate.
La amenaza rusa se ha convertido en una herramienta del Partido Demócrata. EE. UU. está evacuando su embajada en Ucrania ante lo que advierte será una inminente invasión de Moscú. Además, la administración de Joe Biden envió armamento a Kiev para apoyar al ejército ucraniano. Pero esta no es la única razón por la que Rusia acapara titulares este fin de semana en la prensa estadounidense.
La llamada «trama rusa» que constituyó una investigación al entonces presidente Donald Trump por presunta colusión con Moscú –de lo que fue exonerado– vuelve a ser noticia. Un informe dado a conocer este fin de semana revela que el equipo de campaña del Partido Demócrata financió el espionaje a favor de su candidata presidencial en 2016, Hillary Clinton, con el objetivo de vincular al líder republicano con Rusia.
Aunque el descubrimiento sucede más de un lustro después, hoy toma relevancia por el hecho de que la contienda Clinton – Trump podría repetirse. No es un secreto que el exmandatario ya trabaja en pro del lanzamiento de su candidatura, mientras en la otra acera, debido a la avanzada edad del presidente Joe Biden y la escasa popularidad de su vicepresidente Kamala Harris, han circulado rumores de que Hillary Clinton podría aspirar a la Casa Blanca en 2024.
Esta revelación además expone al Partido Demócrata por el presunto uso de métodos ilegítimos e incluso ilegales que se habrían usado para mantener a flote una narrativa anti-Rusia que sirviera para beneficiar a su candidata.
Con Joe Biden en la presidencia, Trump le advirtió que no empuje a Rusia a aliarse con China, dado que esto significaría un gran riesgo militar para EE. UU. y para la paz mundial. La advertencia no ha sido escuchada, así como tampoco los llamados del mandatario estadounidense a resolver por la vía del diálogo el conflicto con Ucrania. Mientras Moscú avanza con sus planes de una «inminente» invasión, en Estados Unidos se conoce un revelador informe que involucra a los demócratas.
El escándalo lo destapó el fiscal especial John Durham, quien presentó una investigación en la que asegura que abogados de la campaña de Hillary Clinton pagaron a una empresa de tecnología para «infiltrarse» en los servidores que pertenecen a la Torre Trump, y posteriormente en los de la Casa Blanca, para establecer una «inferencia» y una «narrativa» para llevar a las agencias gubernamentales a vincular a Donald Trump con Rusia, según reseñó Fox News.
Trump exige reparaciones: «Es un escándalo mayor al del Watergate»
El expresidente Donald Trump no tardó en reaccionar al informe de Durham, comparando incluso este escándalo con el del Watergate:
«El más reciente informe del fiscal especial Robert Durham proporciona evidencia indiscutible de que mi campaña y mi presidencial fueron espiadas por agentes pagados por la campaña de Hillary Clinton en un esfuerzo por desarrollar una conexión con Rusia completamente fabricada».
“Este es un escándalo mucho mayor en alcance y magnitud que el del Watergate, y aquellos que estuvieron involucrados y sabían sobre esta operación de espionaje deberían estar sujetos a un proceso penal”.
En su comunicado de prensa, Trump agregó lo siguiente: “En un tiempo más sólido en nuestro país, este crimen habría ameritado como castigo la pena de muerte”. Y continúo: «Además, se deben pagar reparaciones a aquellos en nuestro país que han sido dañados por esto».
El abogado de Clinton habría espiado a Trump y mintió
John Durham presentó una moción el 11 de febrero, centrada en posibles conflictos de intereses relacionados con la representación del exabogado de la campaña de Clinton, Michael Sussman, quien ha sido acusado en el pasado de haber dado una declaración falsa a un agente federal.
Aunque Sussman se ha declarado no culpable, la acusación contra él señala que le solicitó una reunión al entonces abogado general del FBI, James Baker. Allí le presentó «datos y ‘libros blancos’ que supuestamente demostraban un canal de comunicaciones encubierto» entre la Organización Trump y Alfa Bank, que tiene vínculos con el Kremlin.
De acuerdo con el informe, Sussman mintió. Puesto que le dijo a Baker que no estaba trabajando con ningún cliente al momento de la reunión. Sin embargo, estaba al servicio de Hillary Clinton y la reunión se llevó a cabo en septiembre de 2016, apenas dos meses antes de las elecciones presidenciales en las que su cliente fue derrotada por Trump.
La presentación de Durham del 11 de febrero, en una sección titulada «Antecedentes fácticos», revela que Sussman «había reunido y transmitido las acusaciones al FBI en nombre de al menos dos clientes específicos, incluido un ejecutivo de tecnología (Tech Executive 1) en un empresa de Internet con sede en Estados Unidos (Internet Company 1) y la campaña de Clinton».
El informe de Durham indicaba que los «registros de facturación reflejan» que Sussman «facturó repetidamente a la campaña de Clinton por su trabajo en las acusaciones del Banco Ruso-1».
La investigación revela además que Sussman y el ejecutivo tecnológico se habían reunido y comunicado con otro socio legal, que se desempeñaba como consejero general de la campaña de Clinton. Fuentes de Fox News dijeron que el abogado es Marc Elias, quien trabajó en el bufete de abogados Perkins Coie.
El espionaje continuó durante la presidencia de Trump
De acuerdo con la presentación del fiscal Durhamn, Sussman hizo una «actualización» durante la presidencia de Trump. Proporcionó «un conjunto actualizado de acusaciones», incluidos los datos bancarios rusos, y acusaciones adicionales relacionadas con Trump «a una segunda agencia del gobierno de EE. UU.» en 2017.
Durham dice que los alegatos «se basaron, en parte, en el supuesto tráfico del DNS» que Tech Executive-1 y otros «habían reunido de la Torre Trump, el edificio de apartamentos de Donald Trump en la ciudad de Nueva York, el EOP (la oficina ejecutiva del presidente de los EE. UU., por sus siglas en inglés) y un proveedor de atención médica».
En la reunión de Sussman con la segunda agencia del gobierno de EE. UU., Durham dice que «proporcionó datos que, según él, reflejaban búsquedas de DNS supuestamente sospechosas por parte de estas entidades de direcciones de protocolo de Internet (IP) afiliadas a un proveedor de telefonía móvil ruso», y afirmó que las búsquedas «demostraron que Trump y/o sus asociados estaban usando teléfonos inalámbricos fabricados en Rusia supuestamente raros en las cercanías de la Casa Blanca y otros lugares”.
Durham asegura que “la Oficina del Fiscal Especial no ha identificado ningún respaldo para estas acusaciones”.
John Durham se desempeñó como fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Connecticut entre febrero de 2018 y febrero de 2021. En abril de 2019 quedó encargado de indagar sobre los orígenes de la investigación del FBI sobre la «trama rusa» y en octubre de 2020 fue designado como fiscal especial del Departamento de Justicia para dar seguimiento a este caso, cargo que aún ocupa.