¿Cuál es el verdadero origen de Oumuamua?
El lugar de nacimiento del primer cometa interestelar jamás descubierto sigue siendo desconocido
En 2017 se observó ‘Oumuamua, el primer cometa interestelar jamás detectado. Este objeto alargado tiene una longitud probable de unos 250 metros y sus cambios bruscos de brillo sugieren que va rotando caóticamente sobre varios ejes mientras se desplaza por el espacio a 26,33 kilómetros por segundo respecto a nuestro sistema solar. La velocidad y la trayectoria de ‘Oumuamua sugieren que lleva unos 100 millones de años vagando por el espacio, así que es un cuerpo bastante joven, en términos astronómicos. Sin embargo, a falta de haber observado más objetos similares, averiguar ahora mismo de dónde viene ‘Oumuamua requiere hablar de probabilidades.
¿Iceberg de hidrógeno?
Cuando los cometas «normales» se acercan al Sol, el calor vaporiza parte del material congelado de su superficie y provoca que estos objetos desarrollen una envoltura de gas y polvo a su alrededor. Pero, curiosamente, ‘Oumuamua no parece estar rodeado de una nube de gas y polvo. Esto ha llevado a algunos astrónomos a sugerir que está cubierto por una capa pura de hidrógeno congelado que no sería visible desde la Tierra al vaporizarse.
Como el hidrógeno sólo se congela a temperaturas inferiores a los -270ºC en condiciones de vacío, la formación de un objeto de estas características sólo se podría dar en lugares extremadamente fríos. Los únicos lugares en los que se dan estas condiciones son ciertas regiones en el interior de las nebulosas que están escudadas de cualquier tipo de radiación externa que las pueda calentar.
Los «icebergs de hidrógeno» que se formasen en estos lugares se sublimarían relativamente deprisa en cuanto abandonasen su nebulosa de nacimiento y fuesen expuestos a la radiación espacial. Por tanto, un gran contenido en hidrógeno encajaría con la edad de formación reciente que sugiere la trayectoria de ‘Oumuamua. Pero esta hipótesis tiene una pega: se estima que el ritmo de formación de este tipo de objetos en la galaxia es tan bajo que sería muy poco probable que el primer objeto interestelar que observamos sea uno de ellos.
¿Nitrógeno congelado?
Otra explicación a la falta de gas y polvo alrededor de ‘Oumuamua es que su superficie esté cubierta de nitrógeno congelado, igual que otros cuerpos celestes fríos de nuestro sistema solar, como Plutón. En este caso, este cometa interestelar habría sido el producto de una colisión a gran velocidad entre dos pequeños mundos congelados de otro sistema solar: si tuvo lugar en el ángulo correcto y la velocidad adecuada, el impacto habría eyectado al espacio grandes cantidades de material congelado de la superficie de uno de los dos objetos y algunos de ellos se habrían desplazado lo bastante rápido como para escapar al espacio interestelar.
El problema de esta hipótesis es que eyectar de la superficie de un planeta enano un fragmento de hielo de unos 100 metros de diámetro requiere el impacto de otro objeto de al menos 250 kilómetro de diámetro. Este tipo de colisiones son improbables en un sistema solar de edad avanzada y, además, la inmensa mayoría de los fragmentos que producirían serían mucho más pequeños que ‘Oumuamua porque el hielo de nitrógeno es una sustancia muy frágil. Por tanto, la estadística tampoco parece estar de la parte de esta hipótesis.
¿Otros materiales más «corrientes»?
También se ha estudiado la posibilidad de que ‘Oumuamua no esté hecho de tipos de hielo exóticos. Por ejemplo, es posible que este cometa sea un agregado de material polvoriento tan poroso que su densidad es de sólo unas décimas de miligramos por centímetro cúbico. Los objetos de estas características se formarían con facilidad en las nebulosas protoplanetarias (sistemas solares en proceso de formación) y, por tanto, existe la posibilidad de que sean relativamente abundantes en la galaxia.
Como era de esperar, también hay quién ha propuesto que ‘Oumuamua es un objeto artificial fabricado por alguna civilización alienígena. Es difícil refutar o corroborar una hipótesis de este calibre cuando se trata de un objeto tan pequeño y lejano, pero, si ‘Oumuamua fuese una nave interestelar, no es descabellado asumir que debería estar emitiendo ondas de radio. Sin embargo, ningún radiotelescopio que se ha apuntado hacia ‘Oumuamua ha encontrado señales de transmisiones, lo que parece contradecir esta hipótesis.
Sea como sea, hasta le fecha sólo se han detectado objetos interestelares pasando a través de nuestro sistema solar (’Oumuamua y 2I/Borisov), por lo que no tenemos suficientes datos para sacar conclusiones robustas sobre el origen de este tipo de objetos. La única manera de avanzar en este campo será detectar otros cometas interestelares con la siguiente generación de telescopios más sensibles, como el Observatorio Vera Rubin. Mientras tanto, sólo podemos hipotetizar.