López Obrador tan lejos del Che y tan cerca de Pinochet
López Obrador no solo ha incumplido su promesa de regresar a los cuarteles al Ejército, sino que ahora lo utiliza como aval y columna vertebral de su gobierno a cambio de prerrogativas y un presupuesto inconmensurable.
El 1 de diciembre de 2021, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegará a la mitad de su sexenio. En los últimos días, ha terminado por definir su peligroso proyecto político para los próximos tres años y más allá. Más vale que en México la sociedad abra bien los ojos y los oídos a la peligrosa transformación que está gestando AMLO y que dista mucho de la propuesta política democrática que lo llevó a ganar las elecciones en 2018.
Durante los doce años que AMLO buscó la presidencia de México, entre el 2006 y el 2018, se promovió como un hombre de izquierda, progresista y democrático. Prometió luchar contra la corrupción, la impunidad, y contra las elites que han empobrecido al país. Propuso en 2012 que, cuando llegara a la presidencia, iba a regresar al Ejército Mexicano a sus cuarteles en seis meses, tras el fracaso de la política del presidente Felipe Calderón, emanado del partido de derecha Acción Nacional, quien involucró a la milicia en tareas de seguridad pública. López Obrador se pintaba así mismo como una especie de neo Ernesto Che Guevara que encabezaba la revolución de los más necesitados.
Ha actuado de manera opuesta a sus promesas
Hace tres años, en 2018, finalmente logró llegar a la presidencia. Y recién se sentó en la llamada silla del Águila, comenzó de actuar de manera opuesta a sus promesas. El hombre que se dijo demócrata se muestra autoritario, desprecia la crítica y cualquier muestra de disenso. Opta por la opacidad y la secrecía, y no por la transparencia y rendición de cuentas. Se autoproclama como el único y posible salvador de la patria, y cualquiera que cuestione eso es un traidor.
Para coronar ese perfil, en vez de regresar al Ejército a sus cuarteles en seis meses como lo había prometido, en tres años les ha dado más poder, más dinero y privilegios metaconstitucionales. AMLO ha terminado abrazado al poder militar para, con el respaldo de ellos, avalar y alargar su proyecto de nación más allá de los últimos tres años de gobierno que le permite la Constitución.