Sin empatía alguna por la suerte de los ciudadanos, Julián Zacarías decreta una cascada de aumentos
Mientras que la infraestructura y equipamiento urbano de la ciudad y puerto de Progreso, presentan severas deficiencias, la voracidad de la ambición de Julián Zacarías no tiene freno
A poco días de terminar el año en curso, el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Progreso (Smapap), aplicará un aumento del veinte por ciento en las tarifas de los usuarios, según hemos podido enterarnos.
Según publicó el Diario Oficial del Gobierno del Estado, la tarifa doméstica pasó a 70 pesos mensuales (antes era de 58) y la comercial-industrial aumentó a 153 pesos.
Tambien señala el periódico oficial que la tarifa veraniega subió a 156 pesos, y la tarifa comunitaria a 90 pesos.
El aumento de tarifas fue autorizado en la última sesión del Consejo de Administración del SMAPAP, en que sus integrantes aprobaron la solicitud del director, Rafael Luna Gutiérrez, quien dijo que las tarifas no subían desde hace tres años y ya era justo dicho incremento, de aproximadamente veinte por ciento.
El alza se hará efectiva a partir del 1 de diciembre de este año.
De iigual manera, sabemos que Julián ha dispuesto incrementar el monto de las tarifas del impuesto predial, en alrededor del veinte por ciento.
Es evidente que al primer edil porteño la difícil situación económica de sus gobernados, no le quita el sueño y que los incrementos en las tarifas del gobierno municipal hace ver que lo único que le interesa es llenar sus bolsillos.
Lo anterior, lo aseguramos porque si los impuestos cobrados se aplicaran en lo que es menester, los servicios y la infraestructura municipal serían muy distintos.
Más allá de ello, no sólo los servicios que proporciona el municipio son malos, sino que la inseguridad campea entre la población y los asaltos a ciudadanos y establecimientos, son pan de cada día, sin que la corporación municipal de seguridad haga algo al respecto.
Pero a Julián le interesa recaudar la mayor cantidad posible de dinero, porque con esos recursos, encuentra la manera de imponer su voluntad, tal cual acaeció en la pasada elección de comisarios municipales, donde Julián hizo y deshizo a su antojo, favoreciendo a sus allegados.
Ah, pero eso sí, Julián bien que se deja fotografiar en una playa para cerdos, una verdadera aberración jurídica y ambiental, pero que alguien hizo creer al alcalde que es una idea luminosa.
Mal, muy mal pinta 2022 para los progreseños de escasos recursos, pero eso a Julián Zacarías lo tiene sin cuidado. El tiene la sartén por el mango, al menos eso cree por ahora.
Seguimos pendientes…