Miles de presos de EEUU esterilizados a la fuerza porque hacerlo, es más barato que la asistencia social
Kelli Dillon es una ex presidiaria californiana negra que ha cumplido 15 años de cárcel por matar a su marido “en defensa propia” en medio de una refriega matrimonial. En cierto momento, durante su estancia en la cárcel, ‘le informaron’ que tenía un quiste ovárico. La operaron, ciertamente, pero además sin su consentimiento procedieron a hacer una histerectomía, quedando totalmente imposibilitada para poder tener más hijos. No se trata de un error, ni siquiera de un caso aislado, se trata a la luz del documental “Belly of the Beast”, un caso más de eugenesia de los muchos que se han dado en las cárceles californianas, es decir de esterilizaciones forzadas contra todas aquellas personas calificadas como “defectuosas” o “no aptas” para tener hijos.
Scott Hechinger, un conocido bloguero fue uno de los primeros en levantar la voz desde Brooklyn cuando tuiteó sobre la experiencia de Dillon: su mensaje fue sintético: Kelli Dillon, “mientras estuvo encarcelada en la prisión de California, fue víctima de la eugenesia sistémica moderna. Luego descubrió que no estaba sola. Respuesta del médico: ‘Es más barato que la asistencia social’”.
Esterilizada con 24 años
La historia es que en 2001, mientras Dillon estaba encarcelada en la Prisión de Mujeres de California Central, la más grande del mundo para mujeres, le dijeron que debía extirparse un quiste ovárico. El resultado fue que con solo 24 años empezó a sentir unos síntomas similares a la menopausia. Y fue en ese momento cuando, como relata el periodista Cassy Fiano-Chesser del portal Live action, “descubrió que le habían practicado una histerectomía sin su conocimiento. Rápidamente demandó al Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR), pero perdió”.
Dillon no se dio por vencida, así que llegó a contactar con un equipo de periodistas, al frente de los cuales se encuentra Erika Cohn, que escucharon su historia y decidieron investigar qué había detrás de todo ello.
Estadísticas para la eugenesia
El resultado fue un documental titulado “Belly of the Beast”, “El vientre de la bestia”, título con el que juega y hace referencia a la conocida obra de “La bella y la bestia”, de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, y que tantas adaptaciones al cine ha tenido. El documental vio la luz a fines del año pasado, y sus revelaciones son alarmantes:
* Las mujeres son actualmente la población carcelaria de más rápido crecimiento
* La gran mayoría de ellas son madres en edad fértil
* La gran mayoría son negras
* La mayoría están encarcelados por delitos no violentos
* El 92% de estas mujeres han sido víctimas de violencia y abuso a lo largo de su vida
El vídeo revela que solo en California, más de 1.000 prisioneras, la mayoría de raza negra, fueron esterilizadas por la fuerza, engañadas con el pretexto de tener un cáncer de cuello uterino.
Para Erika Cohn, la directora del documental, la información fue particularmente inquietante como mujer judía: “Para mí, eso realmente es eugenesia”, explicó a la periodista Julia Naftulin de la web Business Insider. “Cuando me enteré de este tipo de genocidio que estaba sucediendo en las cárceles por medio de esterilizaciones forzadas tras las rejas, supe que quería involucrarme: se trata de esterilizaciones ilegales y coercitivas”.
Según Dillon y el bloguero Scott Hechinger, los médicos dijeron que esterilizar por la fuerza a los reclusos negros era mejor que dejar la prisión y recibir asistencia social.
La abogada de Dillon, Cynthia Chandler, presentó un proyecto de ley para prohibir la esterilización en prisión con fines anticonceptivos, conocida como la SB1135, y fue firmada en 2014 por el gobernador Jerry Brown.
Mujeres y negras una carga para el sistema
Dillon, en una entrevista con periódico digital The 19th, explicó que “esa es una de las cosas que le ha sucedido a la mujer afroamericana negra: se nos ve como beneficiarias de la asistencia social. Y somos vistos como una carga para el sistema”. “Si puedes perpetuar esa mentira y perpetuar esos problemas -continuó-, entonces es más fácil conseguir la aceptación de la agenda para esterilizarnos”.
El caso de Dillon no es el primero. Ha habido antecedentes en muchas ocasiones y en muchos lugares en los que se ha considerado a la población carcelaria como “defectuosa” y “no apta” para tener hijos. En Estados Unidos se recuerda a los reclusos de Tennessee que fueron obligados a esterilizarse de forma sistemática a cambio de tiempo libre durante sus estancias en la cárcel, un programa que fue cerrado en 2019.