Internacional

Los golpistas de Guinea intentan tranquilizar a la comunidad internacional y a los inversores

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«Queremos situar la transición que se abre bajo el signo de la esperanza y de una nueva Guinea, reconciliada consigo misma, con todos los hijos del país. (…) No habrá espíritu de odio, venganza ni caza de brujas”, porque “la justicia será la brújula que guiará a cada ciudadano guineano”.

El teniente coronel Mamady Doumbouya, jefe de los golpistas que depusieron al presidente Alpha Condé el domingo 5 de septiembre, ha adoptado un tono conciliador.

En una reunión celebrada ayer, 6 de septiembre, con el Primer Ministro saliente, Ibrahima Kassory Fofana y los miembros de su gobierno, y los Presidentes de las Instituciones Republicanas, convocada por el Comité Nacional de Agrupación y Desarrollo (CNRD), organismo presidido por el propio Doumbouya, ha prometido “crear las condiciones para un nuevo inicio político y social”.

Guinea es el mayor productor mundial de bauxita, con la que se fabrica el aluminio, y cuenta con importantes reservas de hierro y oro.

La noticia del golpe ha provocado una subida de los precios del aluminio, mientras la comunidad internacional ha condenado el golpe. Por ello, Doumbouya ha anunciado el levantamiento del toque de queda en las zonas mineras para permitir la continuación de las actividades de extracción, y la próxima formación de un gobierno de unidad nacional para dirigir la transición, cuya duración aún no ha sido determinada.

“Hay que tener en cuenta que desde hace tiempo una serie de medidas tomadas por las autoridades del país han creado un descontento generalizado entre la población”, dicen fuentes locales a la prensa internacional.

“El 3 de agosto, por ejemplo, el gobierno aumentó el precio del combustible en un 22%, pasando de 9.000 francos guineanos (0,92 dólares estadounidenses) por litro en el surtidor, a 11.000 (1,2 dólares estadounidenses).

Como era de esperar, el anuncio de esta medida hizo subir automáticamente los precios en el transporte y los comercios”.

“Por si fuera poco, el 20 de agosto circuló la noticia de que, en aplicación de una ley sobre las cotizaciones sociales de los funcionarios y jubilados, el Estado cobraría el 5% del salario de cada funcionario.

Esta medida debía entrar en vigor el mismo mes de agosto”. Y mientras se pedían sacrificios a la población, al mismo tiempo se aumentaban las asignaciones económicas a la Presidencia de la República (en un 35,5%) y a la Asamblea Nacional (en un 31%).

«Por estas y otras muchas razones, al anunciarse la detención de Alpha Condé, una parte de la población manifestó su alegría en las calles de Conakry, escoltando a los soldados que consideran salvadores”, explican nuestras fuentes.

En cuanto a la situación en la Iglesia, se ha pedido a los sacerdotes de la catedral de Conakry, cuyo presbiterio comparte recinto con la Presidencia de la República, que abandonen los locales como medida de seguridad.

Durante el asalto al Palacio Presidencial, las balas cayeron en la valla de la casa regional de las Hermanas de San José de Cluny, que tuvieron que trasladarse a otra estructura de su comunidad.

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