Opinión

¿CAMBIO DE LÍDER?

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Las cosas como son

Por Víctor Quijano

En medio de acontecimientos polémicos, me llegó un comentario o “chisme” donde el «Junior Maravilla”, Pablito Gamboa se dice levanta la mano para dirigir el Comité Directivo Estatal del Tricolor.

Esto no tendría mayor relevancia, pues cualquier militante tiene el legítimo derecho de aspirar  a ese puesto.

Pero en este momento, es totalmente diferente, pues el perfil de este “personaje” y sus modos traicioneros de hacer “política”, de inmediato lo descalifican.

VEAMOS: 

Durante la campaña pasada, Pablo se dedicó a crear SU propia estructura, haciendo a un lado la tradicional del partido que lo postuló.

Se creyó autosuficiente, dado su gran poder económico, prevaleciendo su soberbia y su falta de oficio político.

En lo personal, se lo informé a tiempo al número que me proporcionaron de ÉL, pero no hubo respuesta.

Posteriormente, en una de sus publicaciones de sus actividades de campaña, le comenté de nuevo de lo que sucedía, haciendo énfasis a la “basura” de gente que operaba la zona, como respuesta recibí, en el mismo comentario: “MÁNDAME INBOX”, así de autoritario,

Obviamente JAMÁS lo hice,  YO NO RECIBO ÓRDENES DE Nadie. Además, el candidato era ÉL y por tanto, a ÉL le debió interesar lo que hacía su “gente”, pues a ÉL le afectaba.

El final ya se sabe: PERDIÓ. Pero como papá negoció, PERDIÓ Y A LA VEZ GANÓ, pues será diputado “pluri”. Que vergüenza y falta de respeto a la MILITANCIA, adjudicarse  dos posiciones, quitando el espacio a otro militante, que hubiera hecho un mejor papel que ÉL.

Ahora, sin haber tomado posesión como diputado, ya quiere ser dirigente del partido.

Otra falta de respeto hacia los pocos que le dieron su voto.

La labor de un dirigente es SUMAR hacia una causa común del partido que representa. No trabajar para tener estructura propia.

En el proceso pasado para renovar la dirigencia estatal, recordemos que a uno de los pre candidatos lo ofendió con palabras despectivas por ser de origen humilde del interior del estado.

¿Cómo puede Pablo querer dirigir los destinos de los 105 municipios del interior del estado, si los desprecia, lo mismo que a sus habitantes?

Otra misión del dirigente partidista es GANAR elecciones. ¿Cómo puede esta persona ganar alguna elección, si no fue capaz de ganar la propia?

¿Sera diputado de medio tiempo y líder los fines de semana?

Si se pretende terminar de destruir al partido, entonces permitan que “papá” le compre al junior el juguete que quiere.

Por  sentido común y respeto a los dirigentes que se sientan con derecho de aspirar, TODOS desde la estructura tradicional (que fue agraviada), hasta las cabezas de los diferentes grupos, deben FRENAR y decir NO a las aspiraciones de este nefasto personaje.

De no hacerlo, terminarían de hundir al partido.

ABUSADOS…

Hasta la próxima.

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