Pablo Quiñones, otro chayapiojo allegado a Cecilia Patrón, con seguro de desempleo
Jose Pablo Quiñones Guzmán, fue sorprendido en la estética, con chanclas y bermudas, a una hora en la que teóricamente debía estar en un curso de la oficina municipal de juventud. Al enterarse, el entonces alcalde, Renán Barrera lo puso de patitas en la calle, por el engaño y desvío de recursos al que hizo víctima al municipio.
Raúl Paz, entonces presidente estatal del PAN lo rescató y se lo llevó a trabajar a la sede del blanquiazul, donde menudearon las quejas y acusaciones contra Quiñones Guzmán, al que acusaban de prepotente, faltista, flojo y desobligado. Sin embargo, protegido por el mandamás, nada pasó.
Miguel Rodríguez Baqueiro lo mantuvo durante el corto tiempo en que se hizo cargo del partido, a pesar de que desde ya antes y hasta entonces, Pablo al que le patina la reversa, no dejaba de tildar a Acción Nacional, a sus dirigentes y diputados, como homofóbicos y contrarios a lo que el considera «progreso».
Cuando llegó el escandinavo Asís Cano a la presidencia estatal del partido, Pablo siguió en la misma tónica. Hasta que cometió el error de motejar al gobernador y entonces, salió como tapón de sidra (por supuesto, para cubrir las apariencias, firmó una renuncia voluntaria).
Sabemos que en la actualidad Quiñones Guzmán anda muy pegado a Cecilia Patrón Laviada, presidenta ausente del comité municipal del PAN meridano, que no dudamos que bajo el agua, le unte la mano, aunque para efectos públicos, Pablo se ostenta independiente.
Tan independiente, que a pesar de haber hablado pestes del panismo, de sus dirigentes, de sus diputados y de todo el mundo, Pablo, que vive en una cómoda casa de dos pisos, ubicada en el fraccionamiento Polígono 108 Itzimná, obtuvo, contra todo buen sentido, el seguro de desempleo que otorga el gobierno del estado.
Nuevamente un allegado a la presidenta del comité municipal del PAN, obtiene indebidamente un apoyo, que evidentemente no requiere, privando a integrantes de sectores vulnerables de la sociedad del beneficio.
A pesar de haber mordido repetidamente la mano que le ha dado de comer, José Pablo Quiñones Guzmán, obtiene un premio a su avilantez y sus traiciones. ¿Dejarán los panistas, los meridanos y los yucatecos en general, tantos agravios impunes?
Seguimos pendientes…