La ley no se consulta, se aplica
Por Gilberto Lozano González
El 15 de septiembre de 2020 el presidente López Obrador solicitó al congreso que
convocara a una consulta popular con la siguiente pregunta:
«¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las
leyes y procedimientos aplicables, investiguen, y en su caso sancionen, la
presunta comisión de delitos por parte de los ex presidentes Carlos Salinas de
Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón
Hinojosa y Enrique Peña Nieto antes, durante y después de sus respectivas
gestiones?»
En el mismo escrito en que solicitó la consulta, el presidente adelantó su posición: «He
dicho y reitero, que yo votaría por no someter a los ex presidentes a proceso. Sin embargo,
de realizarse la consulta, respetaré el fallo popular, sea cual sea…».
Como manda la Constitución, la pregunta fue enviada a la Suprema Corte para validar su
constitucionalidad. La corte resolvió reformular la pregunta en los siguientes términos:
«¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con
apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de
esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los
actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las
posibles víctimas?»
La consulta está convocada para celebrarse el domingo 1 de agosto de 2021 y de acuerdo
con la Constitución su resultado será obligatorio si a ella concurre el 40 por ciento o más del listado
de electores, o sea unos 37.5 millones de ciudadanos.
Pensando en todo esto he llegado a la decisión de no participar en la consulta por las
siguientes razones:
- Porque considero que la aplicación de la ley es obligación de las autoridades y no debe estar sujeta a ninguna consulta. Que cumplan sus responsabilidades, informen resultados y dejen de andar evadiendo su responsabilidad con manipulaciones.
- Porque el gobierno debe pedir el tiempo y la atención de la población sólo para los asuntos más trascendentes, en que haya duda seria de cuál es la opinión pública y este no es uno de ellos.
- Porque no me queda claro cuál será la diferencia si el resultado mayoritario es sí o no, y si es o no obligatorio. En ningún caso cambiará nada.
- Porque antes de andar investigando hechos y daños del pasado, debiéramos prevenir y castigar los que están ocurriendo en el presente por decisiones equivocadas de los actores políticos actuales.
- Porque la pregunta objeto de la consulta es vaga, ridícula y no se refiere a ningún asunto que amerite ser consultado.
- Porque tengo la clara impresión de que todo esto no es sino una pantomima para seguir con un circo y espectáculo de ilusionismo para entretener y engañar al pueblo a falta de resultados y bienestar sustentable.
- Porque la consulta nos va a mantener divididos y distraídos cuando lo que más necesitamos es estar unidos y enfocarnos a ver qué podemos acordar y hacer juntos para que México salga adelante más rápido y más fuerte.
- Porque el costo de la consulta, estimado por el INE en cerca de 1,000 millones de pesos, se tirará a la basura en lugar de dedicarse a alimentar a los que tienen hambre, aliviar a los enfermos o a inversiones productivas para beneficio del país.
Me parece que todo este montaje no es aceptable moral ni social ni legalmente, y
expresaré mi rechazo no participando. Espero que muchos hagan lo mismo.