Mario Delgado y MORENA, en picada
Desde que el hueso no alcanza para todos los tránsfugas de los partidos políticos, estos saltan como chapulines para buscar un espacio en donde sea con tal de seguir mamando del presupuesto, faltaba más, sin embargo, ahora en Morena es tal el enojo de los que no salieron en las “listas” que están dispuestos hasta vender su alma al diablo para impedir que su correligionario, él elegido, se quede en el camino.
Lo que sorprende de estos morenistas es que desde el principio, sabían que el método de selección del ungido sería a través de encuestas patito y con esta fórmula, el primer priista del país, perdón el líder moral de Morena, decidiría sobre el resultado final.
S las reglas del juego estaban escritas, porque se sorprenden ahora, sobre todo si la democracia interna en el seno de ese partido sencillamente no existe.
Hay que agregar que López Obrador escogió a Mario Delgado como líder del partido, aunque las corrientes internas, por antonomasia no aceptan esa clase de imposiciones cuando no es uno de los suyos y cierto, dirán algunos, tampoco lo era Porfirio Muñoz Ledo, empero, contrario a Delgado; el ex embajador tiene la autoridad moral y el manejo político para sortear cualquier escollo.
A Mario Delgado le quedó grande la silla, su accionar es propio de un pelele de ya saben quien, pero lo más grave es que se presta a desfiguros como el de tomar al INE y al TEPJF, con un discurso incendiario que no solo es propio de un pendenciero, sino de un revoltoso social.
Y la verdad, ni hacía falta este tipo de presiones, toda vez que el Tribunal Electoral les va a restituir las candidaturas a Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón, el de Michoacán, además de todos los candidatos que no presentaron su reporte de los gastos efectuados en las precampañas. Eso es peccata minuta que la resuelven los magistrados del Tribunal en un santiamén.
Si José Luis Vargas, presidente magistrado de lo que queda del TEPJF, ya tiene todo listo para exonerarlos, para que Mario Delgado, se hace el harakiri con sus desfiguros.
A lo que el líder de Morena se debería abocar es a llevar a cabo la operación cicatriz con sus correligionarios que han sido agredidos por el desaseo en las decisiones que se han tomado en la elección de los candidatos seleccionados para buscar un puesto de representación popular.
En lugar de zanjar las diferencias con los liderazgos locales de Morena que fueron afectados, los desoye, los desdeña y además con su indiferencia, los agrede.
Y bueno toda esta historia viene a cuenta porque a la hora de que la ciudadanía acuda a las urnas a expresar su voluntad, pues buena parte de ellos no votarán por el partido en el poder y menos por los partidos aliados al régimen; unos, porque quieren venganza, otros, porque están hastiados de las pugnas entre políticos; y los más, debido a que están decepcionados por el fracaso estrepitoso que ha tenido el presidente de México en eso que llaman gobernar y que a decir de él, “No tiene gran ciencia gobernar”.
Cierto las encuestas, con sus asegunes, todavía le dan ventaja a Morena en el Congreso y en ocho gubernaturas, pero esta radiografía del momento está cambiando muy pronto. Tan solo hay que observar como en cuestión de días se han desplomado en las preferencias electorales de Clara Luz Flores, en Nuevo León; Alfonso Durazo, en Sonora, el Propio Félix Salgado, en Guerrero y por supuesto en entidades como SLP. Baja California, Zacatecas, Campeche y Michoacán, las cosas ya no pintan tan bien para los candidatos de Mario Delgado y del presidente de México.