Aborto y Satanismo
Por Hugo Valdemar Romero
El aborto es y será siempre un asesinato artero, de hecho, es el peor de todos los crímenes que se lleva a cabo sin que la víctima tenga la más mínima posibilidad de defensa.
Hace unos días en Argentina se legalizó su práctica, y las feministas lo han celebrado frenéticamente como un triunfo de las mujeres, como un derecho ganado, como una conquista de la libertad para decidir, cuando en realidad es un triunfo de la barbarie, una locura colectiva que celebra que se pueda asesinar a creaturas indefensas, un triunfo de Satanás, el homicida desde siempre, que odia la vida dada por Dios y busca destruirla de todas las formas posibles: guerras, asesinatos, drogas, eutanasia y abortos.
Sólo el año pasado fueron asesinados por aborto 42 millones de niños, un verdadero holocausto abominable que honra y da gloria a Satanás.
Quien piense que es un delirio fantasioso unir el derecho al aborto y el satanismo, basten como prueba dos botones:
El primer caso es de una organización denominada The Satanic Temple (El Templo Satánico), con base en Dallas, Estados Unidos., que promociona rituales de aborto en un anuncio espectacular que dice: «Nuestro ritual de aborto religioso evita muchas restricciones estatales», animando a entrar en contacto con ellos. De acuerdo a declaraciones dadas por su portavoz Sydney Goodwin, el objetivo de la campaña es promocionar los rituales de aborto en el templo. La líder provida canadiense Laura Klassen, se preguntó «El templo satánico en realidad está promoviendo su ‘ritual religioso’. ¿No dice eso mucho sobre lo que es el aborto?». Como sociedad, hemos ido demasiado lejos cuando el mal ni siquiera tiene que disfrazarse más para ser aceptado como bueno.
El segundo caso sucedió en septiembre del año pasado en el Centro de Toluca, Estado de México, las feministas organizaron una quiebra de piñata; las mujeres dijeron que la idea era romper a golpes de palo una piñata con forma de feto como un símbolo de liberación: “es para que nuestros úteros sean libres, que podamos decidir sobre de ellos y que no haya ningún tipo de criminalización sobre nuestro cuerpo”.
Una mujer próvida escribió acertadamente en una publicación realizada en redes sociales refiriéndose a las feministas: “Esta es una ilustración del nivel de maldad y depravación moral a la que han llegado, y muestra su sed de sangre, violencia, anarquía y deshumanización”. Un comentario más decía: “espantoso acto contra seres inocentes, ya no se dan cuenta que lo que están haciendo es un ritual de sangre, absolutamente oscuro”.
La pregunta es ¿Qué hay en el corazón de las feministas que llegan a odiar así a un ser humano tan indefenso, como un niño en el vientre de su madre? ¿Qué acaso no son también mujeres millones de los bebés abortados? ¿Por qué ese odio diabólico a la vida? ¿Por qué su odio a la maternidad, a su propia identidad femenina? No cabe duda que feminista es sinónimo de satanista.